Telenovela barata con actuaciones poco remarcables, a excepción de Ernesto Alterio y poco más.
La diferencia es que en un culebrón hubieran contado lo mismo en 60 capítulos, mientras que aquí se han pasado con la velocidad de la narrativa, sin permitirnos profundizar en los personajes, y dando la impresión de que haya sido escrita con prisa...
Y no entiendo que Manolo Caro haya preferido una miniserie de 3 capítulos de 45 minutos a un largometraje de 2 horas y cuarto, pues si hubiera hecho una película quizás hasta podría haber rascado algún premio técnico (fotografía, vestuario...) en los Goya en un año en el que lamentablemente ha habido tan pocos estrenos.
Todas las críticas coinciden en señalar que Ester Expósito repite exactamente el mismo papel que en Élite, la serie que la lanzó a la fama y que la ha llevado a ser la española con más seguidores en Instagram y la protagonista del vídeo de esta red social que alcanzó mayor número de visualizaciones en menor tiempo. Y a mí que no me gusta nada como actriz y la veo como la nueva Blanca Suárez, una cara bonita con poco talento para la actuación.
Además de este parecido razonable, no he podido evitar pensar en cada momento que Carmen Maura estaba haciendo el mismo papel que la sobreactuada Concha Velasco en Las chicas del cable.
Lo único a favor de la serie es que trate un tema que tan poca representación ha tenido en cine y televisión, como es la represión de los homosexuales durante el franquismo. La pena es que se le podría haber sacado mucho más jugo y profundidad...