Esta película me ha emocionado. No porque sea buena, pues algunos diálogos flojean mucho y algunas peleas son un poco caóticas y no se aprecia nada la animación. Me ha emocionado porque aquellos/as que crecimos con Digimon, ya nos hemos hecho adultos, y es el mensaje que nos transmite la película.

Aquella serie que recordamos con nostalgia, con peleas épicas, evoluciones increíbles, hoy, que somos adultos, se nos quedaría aburrida, lenta, con diálogos infantiles y una animación cutre. Ya jamás volveremos a disfrutar de Digimon como lo hicimos cuando éramos niños, ya jamás volveremos a tener esa imaginación, y a soñar de la forma en la que lo hacíamos cuando éramos niños.

Porque, anecdóticamente, viendo la película me ha preocupado el hecho de que en la pelea del inicio rompieran y destrozaran el mobiliario público. Por desgracia, me he hecho adulto.