La historia está ambientada en 1954 y cuenta con un tono de seriedad que se aprecia, pero que no se aprovecha con una trama lenta y que no genera demasiado interés ni ritmo. Si bien ocurren cosas, queda la sensación que más bien todo explota sobre el tercer acto, sin casi desarrollo previo.

Al mismo tiempo, las escenas, diálogos y personajes, si bien desenfocados y sin una narrativa general y fluida atrayente, están todos excelentemente logrados. Las escenas que funcionan, lo hacen sin necesidad de chistes tontos o cosas infantiles, con una compostura muy llamativa.

Quizás el mayor problema de la película es los personajes que lideran el desarrollo de la historia: el algo aburrido pero aceptable arco argumental del Detective Marciano, y la absolutamente insoportable parte del desagradable Hal Jordan. Además, el diseño de la animación es cuestionable, y el nivel de los actores de voces más bien flojo, por lo que la película no termina de cuajar, aún con sus innegables virtudes.