Tiene cosas absolutamente geniales. Los personajes no son ni ángeles ni demonios y así, se sienten reales incluso con personalidades y actitudes extremas, ya que tienen las dimensiones de una persona real. Lamentablemente es algo a destacar en el cine, que elige diferenciar todo en héroes y villanos para simplificar la identificación del espectador con "el bueno" y hacerlo sentir bien y cómodo consigo mismo. Las partes graciosas respetan la caracterización de los personajes y están, en general, muy bien escritos. La historia/drama tiene buen ritmo y aunque el "comentario social" no creo sea lo mejor, está bien.

Pero también tiene cosas malas. Un personaje femenino en particular es tratado como la peor idiota sin ninguna razón ni comentario social aparente sobre ese estereotipo. Es simplemente agresión sin razón. La diversidad forzada de los personajes secundarios se siente impostada y de nuevo, no aporta nada, más que demostrar un progresismo que queda de lado, ya que los personajes principales son todos blancos y heterosexuales. Ese aparentar ser inclusivo sólo termina sirviendo como cebo para los "anti inclusión".

Igual me encantó.