Una película diseñada para ver en el ceno familiar con poquito y nada que pueda ofender o molestar o asustar a ningún miembro, independientemente de la edad, ni una historia con complejidad que deje a los más chicos sin entenderla.

Y eso está "bien". Sin más. No es lo más difícil del mundo de hacer, pero no siempre se logra con la prolijidad de este proyecto, que entretiene de principio a fin en gran parte gracias a "nuestro héroe", el carismático Dylan O'Brien, y culmina con un mensaje difícil de cuestionar, independientemente de la ideología del espectador.

Pero al mismo tiempo, aún entendiendo el público al que va dirigida, la aventura parece algo demasiado "segura", tiene demasiada casina narración "en off" del protagonista, y sobre todo, unos muy malos efectos especiales, que a veces arruinan la tensión de las escenas de acción. Aceptable, pero no más que eso.