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Voto de Juan Carlos:
8
Thriller. Intriga. Drama. Ciencia ficción En Londres, a finales del siglo XIX, cuando los magos eran los ídolos más aclamados, dos jóvenes ilusionistas se proponen alcanzar la fama. El sofisticado Robert Angier (Hugh Jackman) es un consumado artista, mientras que el tosco y purista Alfred Borden (Christian Bale) es un genio creativo, pero carece de la habilidad necesaria para ejecutar en público sus mágicas ideas. Al principio son compañeros y amigos que se admiran mutuamente. ... [+]
7 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar hay que decir que es una buena película de intriga que está basada en la novela de Christopher Priest, “The prestige”, que llevada al cine por el realizador Christopher Nolan consigue una película que podríamos calificar de excesiva en muchos aspectos.

Es una obra bastante original en cuanto a la temática, los magos y la magia, ya que es un tema que no se ha tratado en el cine o bien se ha tratado de pasada. Además es muy instructiva en cuestiones de magia pues acaba desvelándonos muchos de los trucos que utilizan los magos, a los que seguramente no les habrá agradado.

Ninguno de los excesos en que incurre la película es suficiente para quitarle mérito, pero tal vez nos exige una atención permanente y eso hace que nos parezca una película de muy larga duración que ya va bien servida con los 135 minutos de metraje.

Por otro lado quien no esté muy acostumbrado a los rostros de Hugh Jackman y Christian Bale es posible que pueda despistarse un poco, sobre todo en la primera mitad de la película hasta que quedan bien perfilados los personajes. Ya que hablamos de actores hay que destacar un reparto de lujo al reunir a tantas estrellas del cine, exceso que en este caso favorece a la película.

Continuando con los excesos y aunque la película está bien dirigida el hilo del guión nos puede dar la sensación de ser un poco tortuoso, por eso cuidado con no dormirse unos minutos por que puede ser fatal para la pérdida del control de la película, si bebes no conduzcas y si estás viendo cine no te duermas.

Para terminar, el exceso más grande en que incurre la película, pero del que el cine no tiene la culpa sino la literatura, es entrar en el terreno de la ciencia ficción, en este caso mejor llamarlo aberración pseudocientífica que implica a Tesla y Edison, los cuales no tienen culpa alguna y que no la hace aconsejable como recurso pedagógico para explicar las propiedades de la electricidad.
Juan Carlos
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