Una gran idea original nos sumerge en esta pequeña película independiente, la de que aquellos que se suicidan van a parar a otro mundo, una especie de mundo paralelo igual al nuestro, solo que un poco más gris.

Se dice que el mundo se percibe un poco más gris cuando nos sentimos deprimidos, lo cierto es que la depresión tiene un efecto en la vista que hace que sea más difícil detectar el contraste entre blanco y negro ya que las personas con más depresión muestran menos capacidad para distinguir contrastes en la retina, el efecto es como el de bajar el contraste del televisor, así es como vemos este mundo en la película.

Zia es un chico que se suicida por desamor, y en este limbo conocerá a un músico ruso que convive con toda su familia y emprenderá un viaje en búsqueda de su ex novia cuando descubra que está allí. Durante esta road movie a ritmo del grupo punk gitano Gogol Bordello conocerá a varios personajes surrealistas como una autoestopista que está allí por error, destacando la presencia de Shannyn Sossamon, Shea Whigham o Tom Waits, entre otros.

En la vida, como en cualquier viaje, lo que importa es disfrutar del viaje en sí y no el destino, y para acabar, la cinta también nos muestra el que puede ser el inicio de una bella historia de amor.