En EE.UU. también hay pueblos perdidos, y gente pobre y desesperada que tiene que cazar ardillas a tiros para sobrevivir. La película es una muestra de ese "otro cine" americano. El que habla de personas con problemas y no cuenta aventuras espaciales en 3-D con grandiosos efectos especiales. A ratos a uno le parece estar viendo un filme de los hermanos Dardenne, o incluso una de las películas más sociales de Luis Buñuel. La historia tiene algunos componentes de cine negro, con su muerto y su búsqueda de culpables, pero en realidad lo que interesa es el entorno mismo, las vidas ajadas de las personas, la dureza de gente que se comporta de modo cruel incluso con personas de su familia y entorno. Jennifer Lawrence tiene ocasiones más que de sobra para lucirse como actriz dramática. La música cumple su función acompañando discretamente la sucesión de imágenes bellamente fotografiadas, en un entorno natural que contrasta con el horror en que viven los personajes.