Una pareja acomodada toma en acogida a un niño de 8 años. El día en que transcurre la historia están esperando a la asistente social para decirla qué tal va el proceso. Esto da pie para ahondar en las relaciones de pareja, la madurez presunta de los adultos, el ogoismo, la generosidad... El director ha conseguido un ritmo bien medido que hace que una historia casi sin acción funcione como un film de suspense. Hasta hay un McGufin y todo (ver spoiler). Rodada totalmente en interiores, casi toda en el mismo escenario, da pie a que los dos actores principales establezcan un "duelo interpretativo" bastante convincente. El hecho de que se haya cortado el agua en la vecindad es aprovechado muy bien para mantener una tensión añadida. Una pregunta queda en el ambiente: ¿Se adopta para beneficiar al niño en cuestión o más bien para procurarse un bien egoistamente? De las distintas respuestas y sus matices trata esta película.