Cómo corre el tiempo. En esta película, el objeto que contiene la clave y la génesis del argumento es una cinta de vídeo. Hoy, ya hasta el DVD está a punto de ser una antigualla. La película destaca por el minimalismo de la puesta en escena, lejos de los grandes aspavientos del cine de terror americano. De hecho hay un remake made in USA que, imagino, añade al producto la adecuada dosis de griterío y muertos vivientes. En esta película, la historia consigue mantener el interés a base de un miedo larvado e inconcreto que no se manifestará hasta las últimas imágenes. Hay una cinta que provoca muertes y una chica que investiga ayudada por su ex. Ambos van en busca del lugar al que hacen alusión las imágenes porque suponen que allí está el "antídoto" para la muerte anunciada. La explicación carece bastante de coherencia, pero tampoco importa mucho. Has escenas de angustia muy a lo Hitchcock, con manecillas de reloj que se acercan a la hora fatal, pero más comedidas. La puesta en escena tiene ese minimalismo tan japonés y la música está poco remarcada pero inquieta e incomoda, que es lo suyo.