A veces, entre las películas de "Historia de nuestro cine", que están pasando en La 2, uno se lleva la sorpresa de encontrar perlas escondidas como esta. Curiosamente nunca había oído hablar de esta película de género negro de tan buena factura y sobresaliente interpretación del para mí desconocido Maurice Ronet. Lo primero que llama la atención es esa fotografía en b/n tan sugerente, con esos planos en interiores tan bellos e inquietantes. Luego vamos viendo el devenir de un personaje, impactacte desde una primera escena en un portal, que se nos va mostrando por dentro con sus susurros y sus comportamientos extraños cuyo origen no se nos desvela nunca del todo. Hay una madre, que se menciona con frecuencia, pero nunca se muestra; una tía, que hace las veces, un hijo que le reprocha sus ausencias y una mujer que espera. Y el protagonista, abogado, bien vestido y con buen porte, vaga por aquí y por allá, huye de la policía o más bien de sí mismo, sin que el amor consiga redimirle. No hay escena de la ducha, ni madre muerta disecada, ni casa en la colina, pero el desasosiego invade al espectador igualmente. Hay pasillos, planos muy sugerentes, con toda la carga icónica de lo profundo. Y trenes de la época, con sus estaciones y sus departamentos, y más pasillos. Y uno se imagina que Regueiro quedó subyugado por la película de Hicht de cuatro años antes y la tomó como modelo, y el resultado no desmerece en absoluto.