Interesante es la palabra. No es apasionante porque el tono es de documental, con sencillez narrativa y formal cercanas al movimiento Dogma. No hay tensión dramática forzada, ni persecuciones, ni violencia exagerada, ni falta que hace. El asunto es representar en un pequeño grupo la génesis de un movimiento fascista de masas. Y eso lo consigue sobradamente. Se juega con todos los arquetipos presentes en una colectividad: el chulillo, el don nadie, el foráneo, la rebelde... Todos tienen su papel, incluido el profesor medio ácrata que esconde un autoritario reprimido. Todo sigue su curso pasito a paso hasta el apoteosis final donde queda demostrado: a) Que jugar con fuego es siempre peligroso, b) Que, dadas unas circunstancias, una sociedad tiende a reproducir un cierto tipo de comportamientos. O, lo que es lo mismo, que ese pretendido "progreso" indefinido de la cultura occidental no es tal, sino una serie de círculos de una espiral. Así que es mejor estar ojo avizor y trabajar el sentido crítico ante soluciones facilonas y falsos mesías.