Siguiendo el afán viajero que le ha entrado a Woody, después de Barcelona y París le toca a San Francisco. Son películas de homenaje a una ciudad, donde a veces la historia que se cuenta pasa a segundo plano, sin embargo no es así en este caso. Por algún sitio he oído que hay en este argumento un parecido quizá no casual con "Un tranvía llamado deseo". En todo caso no aparece ningún Marlon Brando en camiseta. En todo caso, varones bastante menos atractivos. La película incide en los grandes temas, tan del gusto del director: el ser humano, sus debilidades, el azar, el amor, la mentira. Sobre todos ellos hay implícita una preocupación por la ética de los comportamientos. La voluble y materialista Jasmine está interpretata magistralmente por Cate Blanchett, aunque la versión doblada arruine casi del todo la credibilidad. No se cuando vamos a ver por fin todas las películas en V.O. Seguro que la siguiente generación hablaba mejor otros idiomas o, en el peor de los casos, aprendería a leer tempranamente con soltura. Volviendo al asunto, la película es eficaz, divertida a ratos, pero con un poso de tragedia. En realidad es la vida misma, con sus buenos momentos y sus fracasos.