Película iraní que fue premiada con un Oscar como mejor película de habla no inglesa. Vamos a ver, no quiero entrar a valorar si el director es un crack o un pusilánime, para eso están los gustos y los colores. Yo es la primera vez que me siento delante de una de sus películas y como el vino, me ha gustado mucho, algo, poco ,casi nada o nada, no puedo entrar a valorar otros argumentos porque los desconozco.

En esta película nos encontramos con un guión interesante, un matrimonio joven se ve obligado a dejar su vivienda por un peligro de derrumbe y buscar otra con la mala suerte de que quien allí vivía resulta ser una mujer de mala reputación y de visitas constantes de hombres. Él es un profesor de instituto bastante bien considerado y ella, también él, ensayan la representación de la obra teatral “Muerte de un viajante”.
En plena mudanza ella es agredida por alguien que pensaba visitaba a la anterior inquilina pero huye dejando muchas pruebas. A partir de ahí, a la vez que su casa anterior, el matrimonio se va resquebrajando poco a poco, ella porque no quiere denunciar y solo que pase el asunto, y él porque, con esas pruebas tan evidentes, se propone encontrar al autor de los hechos.
El desenlace es fantástico, lo mejor de la película, sorprendente y fascinante en su desarrollo final. ¿Qué hubiera sido mejor encontrarlo o no encontrarlo? Muy difícil de averiguar.

La pieza retrata a una sociedad iraní que parece querer despuntar en sus viejas constumbres pero no estan fácil.
Una buena película, sin más, te tienen en vilo hasta el final y los actores principales lo hacen bastante bien, y es un guión atractivo que no se te hace empalagoso. No le encuentro más polémica. Para mí un 6,5.