Resulta altamente preocupante que semejante bodrio encuentre tan buena acogida, tanto entre los usuarios como entre los críticos "profesionales". Está claro que occidente sigue en caída libre y sin frenos.

La serie no es ni divertida ni pedagógica, incluye multitud de escenas inverosímiles y situaciones metidas con calzador. Presenta una sociedad decadente y enfermiza tratada con una desgarradora naturalidad, personajes estereotipados y un argumento previsible. En medio se adivina una historia de amor, eso sí salpicada por toda clase de vulgaridades sin gracia empeñadas en arruinarla.

Jamás hablar de sexo había sido tan aburrido e irónicamente tan artificial. En definitiva, quién nos iba a decir que, 20 años después, llegaría la serie que en comparación nos haría ver American Pie como una obra maestra del séptimo arte...