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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Tras un divorcio difícil, Lucas, un hombre de cuarenta años, ha encontrado una nueva novia, un nuevo trabajo y trata de reconstruir su relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo empieza a ir mal: un detalle cualquiera, un comentario inocente y una mentira insignificante que se extiende como un virus invisible sembrando el estupor y la desconfianza en una pequeña población. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para alguien como yo, que trabaja con la palabra, a veces faltan las mismas para ser capaz de analizar una obra maestra de nuestro tiempo con la profundidad, el coraje, el aplomo y la complejidad de “La caza”, la obra maestra definitiva del genio danés Thomas Vinterberg, propietario de una filmografía única que lo convierte en uno de los más grandes directores europeos, por películas como “Celebración”, “Submarino” o “Querida Wendy”.

Nacido para el cine a la par del maestro Lars Von Trier y seguidor inicialmente del movimiento Dogma 95, que cambió desde Dinamarca el Séptimo Arte en todo el planeta, Vinterberg está a la altura de su compatriota y “La caza” es prueba irrefutable de ello. Si, además, estamos en presencia de uno de los mejores paradigmas jamás habidos sobre el subgénero del falso culpable, la auténtica obsesión del maestro Alfred Hitchcock y mía propia (imagino que el hecho de ser abogado influirá en la conmoción que me genera este film), la convierten en cita ineludible para cualquier amante del Séptimo Arte.

Ya el punto de partida no es nada cómodo, políticamente correcto ni convencional: un profesor en una escuela primaria, en proceso de divorcio, es objeto de la acusación de una niña por, presuntamente, haberle mostrado sus órganos genitales. Sin darle la más mínima oportunidad de defensa, el pueblo entero decide condenarlo sobre la marcha y proscribirlo de todos los ámbitos sociales. Ya dará igual si finalmente es absuelto o no, porque está condenado de por vida al ostracismo social tan sólo porque se difunde el rumor. Y, créame, que me dedico a esto, esas cosas pasan en la realidad.

Por otra parte, el poder que se le otorga a los niños es inquietante hoy día. Sobreprotegidos, caprichosos, maleducados y con la lógica maldad intrínseca cuando comienzan a experimentar los límites que les permite la sociedad, una sola palabra de un niño puede destruir una vida para siempre. He aquí la riqueza poliédrica de la cinta, capaz de generar varios y muy controvertidos debates sociales. Por eso estamos ante una obra maestra de nuestro tiempo.

El tema del falso culpable, tan desasosegante como imprescindible para entender el cine, se desarrolla aquí a lo grande, llevado por el ritmo cadencioso pero implacable propio del director danés y con un preciosismo formal que retrata el frío del invierno nórdico como un elemento más que congela la sangre del espectador, cada minuto más y más indignado por el drama que sufre en sus carnes el protagonista, hasta su simbólico, abierto, desbordante e inquietante final.

Una absoluta obra maestra por contenido y continente, por hacernos reflexionar desde el virtuosismo cinematográfico en torno a la facilidad que muchas veces demostramos en señalar culpables y condenar de por vida a personas que quizás hayan sido atrapadas por las circunstancias y sean inocentes.

Y si hablamos de delitos sexuales y con menores, aún más. Poco se corta en criticarnos Thomas Vinterberg en esta cinta ineludible, como hace siempre. Para mí, junto con “Celebración”, dos piezas imprescindibles en mi vida cinéfila firmadas por este excelso cineasta nórdico.
Sergio Berbel
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