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Voto de Sergio Berbel:
3
Drama El periodista Lloyd Vogel recibe a regañadientes el encargo de la revista para la que escribe de indagar en la figura del legendario Fred Rogers, una estrella del entretenimiento infantil durante varias generaciones. La empatía, amabilidad y decencia de Fred desarman a Vogel y le obligan a examinar su propia vida. (FILMAFFINITY)

12 de febrero de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un despropósito absoluto. Una película que trata de ser dos distintas y que fracasa en ambas estrepitosamente. Como biopic, no deja de ser una insufrible hagiografía de un personaje ya de por sí insufrible y extremadamente repelente; como drama familiar, es un subidón de azúcar no apto para diabéticos que te destrozará las ganas de cine para el resto del día. La película navega sin rumbo fijo y desnortada de un lado al otro y no llega a ningún puerto digno de llamarse como tal en ninguno de los sentidos. Un desacierto con la única finalidad de vender palomitas utilizando el gancho de Tom Hanks para ello, presunto falso protagonista de este esperpento.

Teóricamente, la película se presenta como el biopic al uso de Fred Rogers, un vetusto conductor de un programa televisivo infantil de toda la vida (lo más electrizante es que se trata de un señor auténtico y real, para desgracia de la humanidad), entre la beatería y la esencia santurrona, un señor con horchata en las venas, buenismo asfixiante y esquemas de pensamiento infantiles que trata de buscar respuestas sencillas a problemas complejos para los niños (no demasiado espabilados).

Ese personaje es interpretado por Tom Hanks y se supone que es el protagonista de la cinta (intuyo que como reclamo para nominaciones y tiendas de palomitas), pero… acaba siendo un secundario incómodo más que otra cosa. Y tanto mejor. Porque su figura no hay por dónde cogerla, es ciertamente intragable.

En cambio, quien se erige en el tapado protagonista de la propuesta de Marielle Heller es Matthew Rhys, interpretando al periodista gruñón y misántropo que es elegido por una revista de tirada nacional para entrevistar al Sr. Rogers. Este gacetillero al uso ha dejado en cierto abandono a su familia por su profesión, tiene una relación totalmente rota con su padre y demasiadas cuentas pendientes con la vida.

Gracias a la entrevista, entra en su vida el adorable Sr. Rogers y…. ¿a que adivinas lo que va a pasar? En efecto, que le va a ayudar a que todo cambie y llevar su vida por los caminos del Señor, amén.

Tan predecible como vomitiva, la película navega entre mares de algodón dulce y moralina fácil hasta que se te indigesta de forma definitiva porque, sinceramente, no hay por dónde cogerla, se mire por donde se mire. El siempre eficaz Tom Hanks, aquí con permanente cara de lerdo, no es suficiente para salvarla de la quema. Un espanto para un adulto nihilista y misántropo como el que suscribe esta reflexión.
Sergio Berbel
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