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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Comedia. Acción Un conductor de un vehículo blindado trabaja transportando millones de dólares para otras personas. Su monótona vida sólo tiene un atisbo de emoción: trabajar con su coqueta compañera Kelly Campbell (Kristen Wiig), quien pronto trastocará todos sus planes. Junto a un grupo de delincuentes de medio pelo liderados por Steve Chambers, planean el robo de 17 millones de dólares. Con un equipo de inexpertos, los rastros que irán dejando serán ... [+]
17 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sigo dándole vueltas a por qué esta “De-mentes criminales” no termina cuajando todo lo bien que debería y se queda en un limbo de decepción al que, sobre el papel, no estaba llamada. El elenco es más que respetable y plagado de gente con tablas en el cine de comedia (Zach Galifianakis, Owen Wilson, Kristen Wiig, Jason Sudeikis…) lo que no garantiza que sean gente que haga gracia, de hecho hay más de uno y más de dos que se creen más graciosos de lo que realmente son, pero por experiencia - y por saturación - deberían de hacerla funcionar con su sola presencia. Además, el argumento, basado en hechos reales, es de esos a prueba de público, con un grupo de descerebrados que da el mayor golpe histórico a la banca de EEUU, es decir, uno de esas películas de “delitos simpáticos”, de gente pobre buena haciendo daño a bancos ricos malos.

Yo creo que, hasta aquí, sólo con lo ya mencionado, un desarrollo convencional de la película le habría garantizado como mínimo una nota aceptable (entre 5 y 7), una recaudación estándar y una aceptación normal entre el público, pudiendo pasar el final de sus días muy dignamente como película de relleno en TV los fines de semana. Pero de alguna manera eligieron el camino complicado, doblar la apuesta, todo o nada, con un desarrollo atípico que lleva la película al terreno del disparate, caricaturizando los personajes hasta el esperpento y haciendo que se comporten de manera alocada. El problema es que lo que empezó siendo una película basada en hechos reales en la que te puedes encontrar licencias y exageraciones esperables, se convierte en un sainete lleno de Mister Beans en el que pasas de la duda de qué es verdad y qué concesión al humor a la certeza de que estás viendo una comedia caótica donde todo es inventado, lo que le hace perder una de sus bazas.

En sí mismo, no es una mala apuesta. El caos y el disparate pueden tener su propia gracia inherente. “The room”, la película sobre la que gira “The distaster artist”, es un caos nacido de la mente de una persona, digamos especial, no tiene ni pies ni cabeza y, en su ingenuidad, ese disparate resulta desternillante. Pero cuando ese caos es artificial… se puede terminar viendo el plumero o, como mínimo, desconcertando a un espectador que, por mucho que quiera, a lo mejor no es capaz de entrar en el rollo. Me da a mí, que este es el caso. Michael Bay hizo una película en esta línea, “Dolor y dinero”, con unos criminales disfuncionales que, a todos los niveles, funcionó mucho mejor, lo que demuestra que no es una idea perdedora y lo que hay es un fallo de ejecución.

En términos globales “De-mentes criminales” saca un resultado flojo. Se puede ver, si se está dispuesto a ser generoso y darle una, dos y varias oportunidades, porque tiene altibajos continuos, probablemente debido a lo que comentaba al principio de que ciertos protagonistas tienen más fama de cómicos de la que merecen, así que la película gana o pierde según sobre quién recaiga el peso en cada momento. Haciendo balance, yo no salí descontento del todo, pero sí algo decepcionado. Puestos a recomendar la o no, me pensaría muy bien a quién.
OsitoF
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