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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Bélico En marzo de 1991, el capitán Archie Gates, los sargentos Troy Barlow y Chief Elgin y el soldado Conrad Vig matan el tiempo en el desierto iraquí mientras aguardan el fin de la guerra y la vuelta a la aburrida y desesperanzada vida civil. Pero la monotonía se rompe cuando descubren un mapa que indica el lugar donde se encuentra una reserva de oro kuwaití robada por los iraquíes. Inmediatamente, los cuatro deciden buscar el tesoro. Pero, ... [+]
1 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Música de fiesta rompe el silencio del desierto iraquí.
Siguen los ruidos, y fuegos que no tienen nada de mortal.
El Hombre puso al hombre en el frente, y de alguna manera tiene que pasar el rato.

‘Tres Reyes’ viaja menos lejos de lo que se propone, y eso es porque apuesta tanto por el absurdo que no puede evitar derrapar cuando elige dar un volantazo.
Pero, en gran parte de sus minutos, es un retrato de la rutina establecida por los soldados estadounidenses en suelo enemigo, en esos momentos en los que no tienen que estar disparando ni siguiendo órdenes: el desarme ha venido repentinamente, y les ha encontrado sin “nada” que hacer realmente.
Los enemigos se baten en retirada, el territorio está completamente mapeado, y las exclusivas de noticias no se van a vender solas.

Todo Afganistán estaba descubierto… ¿todo?
¡No! Porque un tesoro enemigo se cuchichea entre los labios (y culos) de los invadidos, prometiendo riquezas sin nombre a los que tengan el valor de buscarlo.
Y así, como si se tratara de un cuento o un cómic, tres mataos se adentran en el desierto, buscando el búnker prometido, sin que en ningún momento les chirríe la travesía, porque es lo más lógico que les ha llegado a los oídos en mucho tiempo.
En ningún momento se busca el ángulo de la fantasía, y a pesar de eso siempre está presente, en sus conversaciones e intercambios, en su cabeza hinchada por la grandeza o precisamente en lo que falta dentro de ella.

Claro que Irak no es ningún reino encantado.
Es el hogar moribundo de gentes supervivientes, que han resistido al invasor y a su propia gente, que no saben que la guerra ha terminado para los noticiarios occidentales, y ni de lejos se han planteado quejarse.
En sus andanzas en busca del oro, los tres soldados olvidaron todo eso, mucho antes de disparar un solo tiro, y es la confrontación directa con esa realidad la que amenaza con romper la perfecta fantasía millonaria que se han creado.

Afortunadamente, no puedes meterte en algo así evitando pringarte: quizás impulsados por la grandeza, por su naturaleza de caballeros andantes de la gran madre USA, eligen ayudar, y por el camino acaban cambiando la dimensión de su propia realidad.
En este reino aún les pueden herir, pueden salir decepcionados, todo lo que tenían antes en casa no lo han olvidado… pero también pueden marcar una diferencia que jamás habrían intentado.

Es curioso lo que puede hacer el no tener nada que hacer.
Los molinos pueden ser gigantes, y el oro puede ser un tesoro.
Pero los tontos de remate también pueden convertirse en salvadores inesperados.
Charles
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