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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
7
Drama Verano de 1910. Un prestigioso pintor viudo lleva una triste y solitaria vida en la campiña francesa. La llegada del domingo se ha convertido para él en el mayor de los placeres. Ese día recibe la visita de su hijos y, lleno de alegría, disfruta del placer de conversar con ellos sobre la relación entre vida y arte. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No debe ser fácil sacar tanto de una película que se explica en tan pocas palabras. No se trata de una historia con una trama compleja, con giros inesperados, con un guión repleto de acción. El título de la película es lo que es, así de sencillo: un padre de familia, viudo, espera la llegada de sus dos hijos en su casa para pasar el día juntos, acompañados de sus tres nietos y su nuera, a las afueras de la ciudad.

Creo que Tavernier consigue algo realmente complicado, que no es otra cosa que trascender a partir de la sencillez de su propuesta. No es en apariencia nada del otro mundo lo que vemos, con la excepcionalidad de tratarse de principios de siglo XX. Es una familia más como cualquier otra, lo que les pasa podría pasarnos a nosotros como hijos o como padres. Parece poco y sin embargo es tanto... Es un reencuentro habitual, pero señala de forma definitiva que el paso del tiempo ocurre para todos y que es implacable. Desde la posición del padre es pura melancolía, es su definición exacta. Y aunque no se den cuenta, la posición de los hijos no es menos triste.

Hay un momento al final de la película en el que padre e hija hablan, una orquesta al aire libre toca una música deliciosa, piano, acordeón, tambor y flauta invitan a bailar. Padre e hija bailan. No parece gran cosa, pero los ojos de él desprenden un amor y una ternura ante los que es imposible no sentir una conexión como espectador que no es fácil conseguir. Ella ya no es una niña, es una mujer de buen ver. Ya no es su niña, qué triste, ni él es quien fue.

Todo fluye, de forma inevitable, al mismo lugar. Darse cuenta y ser consciente de ese paso del tiempo puede ser la definición exacta de lo que es sentir melancolía.
Luisito
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