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España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
6
Comedia Lo que empieza siendo un rutinario interrogatorio se acaba convirtiendo en un auténtico caos cuando una pareja de policías protagonizan una serie de retorcidos sucesos repletos de humor negro. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2019
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Lo mejor: el regreso del incombustible abanderado, por estrictos méritos propios, del absurdo en su vertiente cómica, un Quentin Dupieux que vuelve a centrar todos sus esfuerzos (y recursos) en una historia que, de paradójica e irónica que resulta, bien merece la pena degustarla como es debido, es decir, sin exigentes e inoportunas pretensiones ya que, de lo contrario, la decepción puede ser enorme juzgando el desarraigo racional que en muchos compases se observa (el interrogatorio nocturno sobre el que la misma pivota se ve afectada por el primer y único incidente que, de hecho, no repercute en ella sino que la dictamina por completo); la duración es, sin duda, el mejor alegato para conceder una oportunidad a tan singular obra, característica presente en todas las incursiones del director (desde la exitosa Rubber hasta la interesante Wrong, pasando por la inclasificable Réalité y la mediocre Wrong cops), pues dedicar poco más de una hora a una película (casi mediometraje) cualquiera no supone un gran esfuerzo; la tríada principal (el servicial hombre de ausencia ocular izquierda con sus “es por eso”, el incompetente comisario de nulo rigor policial con sus irritantes preguntas y el acusado homicida objeto de catastróficas desdichas con sus desquiciantes reconstrucciones), así como el resto de personajes (entremetidas vecinas, descuidados conserjes, descentradas esposas...), justifican el premio al mejor guión con el que el trabajo se alzó en la edición de dos mil dieciocho del prestigioso Sitges film festival, siendo la nota atribuida a semejante representación teatral (en un sentido más bien textual) que ocupa más simbólica que orientativa.

Lo peor: la incoherencia (de la propuesta en general y particularmente de los diálogos) puede no entusiasmar a muchos espectadores (como sucede, sin ir más lejos, con la mítica La vida de Brian del popular grupo británico formado por seis humoristas Monty Python), estando destinado este apartado (y el conjunto) a triunfar entre minoritarios sectores; el entretenimiento basado en la trivialidad es, en sí mismo, una pérdida de tiempo que no conlleva más que un fugaz disfrute limitado a la extensión de la cinta (de hecho el objetivo no es otro que éste y, por lo tanto, en cierto modo se puede afirmar que logra su cometido); la escueta exposición de la dupla protagonista imposibilita que la empatía se apodere del espectador por esa vía (lo hace mediante paralelas realidades e hipotéticas casuísticas), es más, la manera en la que evolucionan elimina por completo cualquier aproximación espontánea (cada cual es libre de conjeturar lo que desee y dictaminar sentencia sensitiva pero los recurrentes e incómodos silencios no se antojan muy originales) a dicho sentimiento.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
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