Bueno, tal vez me he pasado un poco y el guionista no tenga la culpa de que la película sea tan aburrida. Hay que comprender que es una historia basada en hechos reales, y que va de periodismo de investigación sobre una fuerte trama de corrupción, ni más ni menos que los chanchullos ilegales de la CIA con la “Contra” nicaragüense.
O tal vez el fallo sea mío. Siempre me han parecido muy tediosos los films sobre periodismo y política. Incluso la laureada “Todos los hombres del Presidente” me parece un tostón (aunque nunca me atrevería a decir que es mala).
Ni el reparto lleno de famosos, ni la banda sonora ni la fotografía consiguen hacerme olvidar que en la película no pasa nada interesante en el fondo.
En este tipo de historias siempre llega un momento en el que el protagonista es amenazado por meterse donde no le llaman. Esto no creo que sea “spoiler” porque siempre es así. Es un tópico. Pues ni siquiera en esos momentos consigue la película despertar demasiado interés.
Jeremy Renner no lo hace mal, pero como digo el fallo no es otro sino la falta de ritmo y la continua sensación de que casi nunca pasa nada y lo único que hacen es charlar.