Esta propuesta de animación japonesa no va a dejar una huella muy fuerte entre los aficionados, creo yo.
En un futuro fantástico (poco y mal desarrollado), un grupo de cazadores de dragones surca los cielos en su aeronave para conseguir la carne comestible, y otros recursos de estos monstruos. Recuerda un poco a los balleneros de siglos pasados.
La serie no tiene nada que no se haya visto antes, pero en flojos niveles. Hay cacerías de unos bichos que parecen “jefes” de videojuego, pero las capturas casi siempre son muy fáciles y con nula épica. Hay un grupo de personajes con su humor y química en plan “Cowboy Bebop”, pero en vez de carisma solo tienen clichés. Para colmo, el planteamiento es procedimental en su mayor parte. En casi cada capítulo hay una historia de los personajes, un dragón, y luego un rollo de recetario en plan Arguiñano, que la verdad es que sobra muchísimo. Así no se da juego con capítulos de veinte minutos sin contar los créditos.
No llama la atención en absolutamente nada, salvo quizás en la calidad del dibujo. Se cuidan la luz y las sombras, así como el movimiento de ropa y pelo, con gran realismo. Pero esto no compensa la floja historia, que, por otro lado, no tiene. No hay una trama continuada que nos enganche para seguir. Comen, cocinan y tienen sus historias, por delante de lo que serían buenas cacerías de bichos.
La he terminado de ver porque es corta, pero si sacan más temporadas, me pueden esperar sentado.