El problema que he tenido con esta película es haberla visto 40 años después de su momento.
Y es que la forma en la que se desarrolla esta historia de un crucero cargado de bombas y amenazado por un terrorista, podría estar bien en su día, pero lamentablemente nos encontramos en uno de esos casos en los que el tiempo pasa factura.
El ritmo es lentísimo y totalmente carente de emoción. Los protagonistas apenas se inmutan o se ponen nerviosos, salvo en los peores momentos. Está llena de diálogos que no aportan nada a la trama y que no hacen otra cosa que aburrir.
Las escenas más tensas están filmadas sin emoción ni tensión, y son tan largas que se pierden las pocas sensaciones que transmiten. Para colmo, los pasajeros tan campantes, de fiesta y bailando como si no pasara nada. Esa escena en concreto es bastante lamentable y encima te ponen el baile enterito.
El reparto está completamente desaprovechado. Todos son grandes actores de esta época, al estilo de las más clásicas cintas del género de catástrofes que tan de moda estaba por entonces. Sin embargo, tan solo se le ve un atisbo de buena actuación a Richard Harris, pues todos los demás parecen autómatas leyendo su guion.
En conjunto, es aburridísima y poco interesante.
Pero con todo lo dicho, y aunque no me haya gustado, he de suponer que en su día tal vez pudiera emocionar a un público que aún tenía muchísimas cosas que ver y descubrir. Hoy en día, pienso que se ha quedado completamente obsoleta y que no consigue su propósito.
Y ahora, aunque algunos me quieran matar, tengo que decir que para ver un barco con bombas, me divertí muchísimo más con "Speed 2".