Crítica escrita tras terminar de ver la segunda temporada.
La tecnología informática ha evolucionado de manera exponencial en los últimos cuarenta años. Los avances que tenemos hoy en día, y que vemos y usamos con total normalidad, eran impensables no hace tanto tiempo atrás. Como decía Arthur C. Clarke, cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Si le mostráramos una red social o un teléfono móvil a cualquiera en 1980, se quedaría boquiabierto.
Esta serie nos lleva a los albores de la informática moderna, y viene muy bien para descubrir cómo eran esos inicios, que con el tiempo han derivado en todo lo que podemos disfrutar en el siglo XXI.
Estudié Informática en la Universidad, y por eso me parece muy curioso el planteamiento de esta producción. Pero, por otro lado, me da la sensación de que a muchos espectadores que no tengan ciertas nociones de los temas que trata, les puede resultar tremendamente aburrida.
El protagonista es Lee Pace, al que hemos podido ver en la trilogía de “El hobbit”, y que hace un buen trabajo interpretando a un empresario informático, más dedicado a las ventas que a los diseños y a la programación. Solo vive para trabajar y es bastante antisocial y solitario.
Me sorprenden las grandes críticas y puntuaciones que tiene, teniendo en cuenta que es lenta y que básicamente lo único que hacen es hablar. Se podría catalogar como una de esas series de culto poco comerciales tipo “The wire” o “Los soprano” en el sentido de que es un drama muy serio, basado en el diálogo y poco apto para un público mayoritario.
Las historias personales de los personajes principales no me parecen lo suficientemente atractivas como para ser interesantes y ver la serie solo por ello.
De hecho, si no fuera por mi interés personal por la Informática en sí misma, probablemente la habría dejado de ver, pues en el momento de verla tengo muchas series pendientes que me llaman la atención bastante más que ésta.
Pero, por otro lado, sus situaciones de resolución de problemas, o momentos anecdóticos como por ejemplo la invención del primer “portátil” (un PC en una maleta con un asa para llevarlo), sí que me parecen lo bastante curiosos como para continuar viéndola. Es por lo que digo que funciona mejor como documental informático que como serie.
Segunda temporada:
Centrada en los albores de las telecomunicaciones digitales, y los muchos problemas que causaban en tiempos donde la fibra óptica se habría visto como algo de ciencia ficción. Se demuestra la gran importancia que tuvo siempre el mundo del videojuego en el desarrollo de la informática, así como la problemática de los virus en línea y la falta de recursos de hardware para poder “chatear”, algo muy llamativo hoy en día, donde podemos hablar con quien queramos, cuando queramos y casi desde donde queramos.
Está en la línea de calidad de la primera, pues a nivel informático es una serie curiosa y entretenida, aunque los dramas personales de los personajes siguen teniendo muy poco interés desde mi punto de vista, quedando en ese sentido como una serie más del montón, solo recomendable para espectadores con ciertas nociones de ordenadores, porque así la pueden disfrutar mucho más.