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Reino Unido Reino Unido · Birmingham
Voto de Peaky Boy:
7
Ciencia ficción. Acción Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los ... [+]
15 de julio de 2013
26 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que los cómics se han convertido en un recurso habitual para adaptar películas es un hecho, lo que no es tan frecuente es que dichas adaptaciones provengan de las historietas niponas conocidas como Manga. Un género no muy extendido en occidente, provisto de un amplísimo abanico temático destinado a todo tipo de público, y que gracias a la expansión de la cultura “nerd”, cada vez cuenta con un mayor número de adeptos.
Las humorísticas adaptaciones de la casa Marvel, como Spiderman, Thor y Los Vengadores, las renovadas y sombrías versiones producidas por DC cómics, como la fantástica trilogía del Caballero Oscuro, Linterna Verde o Superman, y por supuesto la gran influencia de series como The Big Bang Theory han conseguido que las inusitadas tiendas locales de cómics se encuentren hoy superpobladas de neófitos deseosos de conseguir el último número de X-Men, la taza de Arrow, o una camiseta donde se lea la expresión, “Bazingaaa!”. En un rinconcito de esas tiendas, normalmente al fondo, se puede encontrar una sección que escapa del caos reinante en el resto del establecimiento, con un montón de libros, todos del mismo tamaño y perfectamente ordenados de forma numérica. Si hojeamos uno de esos tomos, nos daremos cuenta de que se leen de derecha a izquierda, son en blanco y negro, y sus viñetas están llenas de unos personajes dibujados como si de bocetos se trataran. Bienvenidos al universo Manga.
La cinta que hoy nos ocupa bebe de los grandes clásicos del Shonen (tipo de manga con altas dosis de acción, destinado en su mayoría a chicos adolescentes), en concreto del género Mecha. Y aquí es donde surge la primera pregunta, ¿Es Pacific Rim una película de robots? Respuesta rápida, sí, repuesta friki, no, ya que un robot tendría autonomía de movimientos, y un mecha es un vehículo conducido por uno o más pilotos.
Un portal interdimensonal se abre en el pacífico dando entrada a una serie de monstruos con muy mala leche llamados Kaiju, palabra japonesa que significa monstruo extraño, y que se utiliza con frecuencia en las películas asiáticas de este género. La hostilidad de las criaturas acuáticas ha cerrado cualquier vía de diálogo, por lo que la población ha tenido que crear unas armas de defensa a la altura de los invasores, apodados como Jaegers, que en alemán significa, cazadores. Los Jaegers necesitan de la intervención de dos pilotos para hacerlos funcionar, dos pilotos que tienen que estar perfectamente coordinados, ya que será la sincronización de sus cerebros lo que hará que la máquina se mueva. Raleigh Becket era una leyenda en la lucha contra los Kaiju hasta que un día se retira de forma dramática, desde ese momento, la situación no ha hecho más que empeorar hasta el punto de una posible e inminente destrucción de la humanidad. Ante la desesperada situación, el Marshall Stacker Pentecost, cuyo apellido es toda una premonición, recurre a su antiguo piloto, que ahora se dedica a la construcción, para que vuelva a los mandos de su vieja nave, un robot que se guarda como reliquia pero en el que nadie deposita muchas esperanzas, haciendo pareja con una joven aprendiz sin experiencia pero con unos resultados espectaculares en pruebas de aptitud.
Benicio del Toro, un director que siempre ha mostrado su afición por los monstruos, cómics y videojuegos, firma esta cinta en la que continúa con su estilo fantástico y su obsesión por la perfección de cada detalle, claramente influenciada por los Anime japoneses que invadieron gran parte del mundo en los 70, como Mazinger Z, o el precursor del género mecha, Tetsujin 28-Go.
El filme es de una potencia visual extraordinaria, con una espectacular imagen muy conseguida y que podríamos describir con el oxímoron “Neo Retro”, a cargo del fiel director de fotografía de del Toro, Guillermo Navarro, que combina con mucho acierto los ingredientes necesarios para convertir una película en el taquillazo del verano. Una superproducción de ciento ochenta millones de dólares, con criaturas monstruosas, explosiones y destrucción por doquier, que indaga de forma efectiva en los personajes y sus desafortunados pasados, creando así una empatía que raya en la demagogia, y un acompañamiento musical agraciado. Todo ello unido a un reparto encabezado por Charlie Hunnam, el líder de Sons of Anarchy, 2008, Rinko Kikuchi (Mapas de los sonidos de Tokio, Isabel Coixet, 2009) y el imponente Idris Elba, al que siempre recordaremos por la genial interpretación de Stringer Bell (The Wire, 2002). Ponen la nota cómica el actor fetiche de del Toro, Ron Perlman, y una sorpresiva aportación nacional que mejor será descubran por ustedes mismos.
Despliegue imaginativo en esta ruidosa aventura épica que se perfila como una seria aspirante al título de líder estival de taquilla.
Peaky Boy
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