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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
5
Terror Nica (Fiona Dourif) está destrozada tras el terrible suicidio de su madre. Su hermana mayor Barb (Danielle Bisutti) regresa a su casa para ayudarle en este duro trance, trayéndose con ella a su hija pequeña, quien posee un muñeco parlante llamado Chucky que llegó misteriosamente por correo. A medida que una serie de brutales asesinatos comienzan a aterrorizar a la familia, Nica sospecha que Chucky puede ser la clave del derramamiento de ... [+]
9 de mayo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La maldición de Chucky significa el regreso a las pantallas de uno de los asesinos más divertidos de todos los tiempos. Esta sexta entrega de la saga vuelve a sus orígenes, primando el terror por encima de la comedia aunque sin olvidarse de los chistecillos habituales.

Don Mancini, padre de la criatura, dirige su segunda película en la franquicia. La anterior, La semilla de Chucky, era la segunda comedia y dio carpetazo a esa minisaga compuesta por las entregas cuarta y quinta. Aquí Mancini nos vuelve a presentar a Chucky desde el silencio, como se hiciera en la primera película, casi a modo de reboot para la nueva generación de espectadores. Mancini hace una película de terror de A-B-C, sin complicarse ni excederse. Sigue los patrones básicos, entre los que se encuentran los muertos evidentes que empiezan la película vivos, el ligero suspense, las cámaras en mano y los sobresaltos acompañados de crescendos musicales. En lo que Mancini sí destaca es en la estética, bastante más oscura incluso que en la primera película. Además, el director se sirve de los avances tecnológicos para darle a Chucky una expresividad que da incluso algo de mal rollo. Pese a que podría dedicar la película a mostrar cómo la expresividad del muñeco diabólico se ha convertido en algo casi humano, Mancini prefiere ser fiel a una de las bases de la saga: que se vean solamente partes de Chucky, bien sea una mano cogiendo un cuchillo o bien sus pies mientras se esconde. La violencia de la película es bastante fuerte por momentos, destacando un asesinato que precede a un descacharrante homenaje a Al final de la escalera, una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.

Fiona Dourif (hija de Brad Dourif, quien presta voz a Chucky) protagoniza la película y lo cierto es que está bastante bien, más si tenemos en cuenta que por lo general no se cuida demasiado la interpretación dentro del cine slasher. Ese es un gran punto a favor de La maldición de Chucky, puesto que todos están correctos como mínimo. Danielle Bisutti está colosal, Brennan Elliott se adapta de cine a su papel de padre casi testimonial, Maitland McConell es la que muestra un nivel más bajo, pero aun así aprueba y, por último, la pequeña Summer H. Howell interpreta a la niña de la película, el blanco para ese asesino con cuerpo de muñeco llamado Charles Lee Ray. La aparición estelar de Jennifer Tilly es maravillosa.

Resumiendo: La maldición de Chucky logra un gran resultado en su idea de relanzar y hacer renacer una de las sagas más importantes del cine slasher. Película cuidada, que conoce y aprovecha sus puntos fuertes, que conoce y minimiza sus puntos débiles y que establece una simpática conexión con el espectador sin dejar de tener esa mala hostia tan característica de Chucky.
Grijander
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