Poca gente hay que no haya visto solo en casa. Tal vez los más jovenes, sí, pero cualquier persona que naciera más o menos por 1990, año en que se estrenó la película, conoce esta mítica película navideña con protagonismo total y absoluto de un niño al que se dejan olvidado en su propia casa y tiene que hacer frente a dos curiosos ladrones.

Chris Columbus saltó a la palestra gracias a Solo en casa. La carrera del director italo-americano ha estado marcada siempre por el cine familiar y, aunque había hecho ya un par de películas antes, no fue hasta Solo en casa cuando su nombre empezó a sonar en el mundillo del cine. Lo cierto es que Columbus no hace nada del otro mundo, pues salvo el principio (donde nos presenta de forma correcta la situación del protagonista y a todos los personajes) y el final (donde aprovecha el tirón de la lagrimilla fácil pero efectiva del guion de John Hugues), lo que hace el director es eso mismo que hoy en día se hace con una banda sonora de fondo y muchos cortes: presentar la evolución del personaje principal después de un giro argumental. Eso, que en cierto modo es sencillo, tiene la complicación de que hay que llenar mucho tiempo sin aburrir al espectador con trozos de historia inútiles y, lo cierto, es que ahí Columbus cumple. Lo mejor del apartado técnico es, sin duda y con muchísima diferencia, la banda sonora, otra obra maestra del inagotable John Williams.

Macaulay Culkin es uno de los casos más evidentes de juguetes rotos en Hollywood. Es el Joselito americano, por así decirlo. Culkin saltó a la fama con Solo en casa a pesar de que ya había salido en un par de películas con anterioridad. Los numerosos gags, tanto visuales como con diálogos, protagonizados por el pequeño actor han sido imitados hasta la saciedad y eso dice mucho de la importancia de la película a nivel popular. La pareja de villanos la forman un acertadísimo Daniel Stern y el inconmensurable Joe Pesci mostrando su parte más cómica. Pesci ganó ese año el Oscar al mejor actor de reparto por esa obra maestra que es Uno de los nuestros. El resto del reparto tiene poco trabajo, salvando al encantador Roberts Blossom y a Catherine O'Hara, a la que le toca lidiar con un personaje totalmente absurdo al principio de la película para convertirse luego en una madre amantísima.

Resumiendo, que es gerundio: Solo en casa es todo un referente y de eso no hay ninguna duda. Sin embargo, los años dan perspectiva y cada vez se aprecia más la caspa que lleva encima. Digamos, para resumir, que es una película divertida y alocada que parte de una premisa basada en una gilipollez que sirve, unicamente, para que se nos cuente la historia del niño en apuros. Yo, personalmente, creo que había otras vías para llegar a ese punto.