Ciudad de Dios, una película que te deja sin aliento y sin palabras. Es una obra maestra del cine brasileño, que retrata la vida de los habitantes de una favela de Río de Janeiro, donde el crimen, la violencia y las drogas son el pan de cada día. La película está basada en una novela de Paulo Lins, que a su vez se inspiró en hechos reales que él mismo presenció.

La película está dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund, que consiguen crear un estilo visual impactante, lleno de ritmo, color y energía. La cámara se mueve con agilidad por el laberinto de la favela, captando la crudeza y la belleza de ese mundo. La edición es magistral, alternando diferentes líneas temporales y puntos de vista, sin perder nunca el hilo ni el interés.

El guion es excelente, construyendo una historia compleja y fascinante, con personajes memorables y diálogos auténticos. La película abarca desde los años 60 hasta los 80, mostrando la evolución de la favela y de sus protagonistas. El narrador es Buscapé, un joven que sueña con ser fotógrafo y que nos cuenta la historia de su amigo Bené, un carismático traficante que se enfrenta a Zé Pequeño, un psicópata que quiere dominar la favela a sangre y fuego. También nos presenta a otros personajes como Mané Galinha, un honrado trabajador que se convierte en un héroe popular al desafiar a Zé Pequeño; o Angélica, la chica de la que se enamoran Buscapé y Bené.

Los actores son increíbles, muchos de ellos no profesionales y residentes en las propias favelas. Transmiten una naturalidad y una intensidad impresionantes, haciendo que nos identifiquemos con sus alegrías y sus tragedias. Destacan Alexandre Rodrigues como Buscapé, Leandro Firmino como Zé Pequeño, Phellipe Haagensen como Bené y Seu Jorge como Mané Galinha.

Ciudad de Dios es una película que te atrapa desde el primer minuto y no te suelta hasta el final. Es una obra maestra del cine social, que denuncia la situación de pobreza y exclusión que sufren millones de personas en Brasil y en el mundo. Pero también es una obra maestra del cine de acción, que te mantiene en vilo con escenas trepidantes y violentas. Y sobre todo, es una obra maestra del cine humano, que te hace sentir y pensar con sus personajes, que son víctimas y verdugos al mismo tiempo.

Mi nota es un 9. Es una película imprescindible para cualquier amante del cine.