Deadpool 2 es la secuela de la exitosa película de 2016 que nos presentó al superhéroe más irreverente, deslenguado y divertido del universo Marvel. En esta ocasión, Deadpool (Ryan Reynolds) tendrá que enfrentarse a Cable (Josh Brolin), un viajero del tiempo que quiere eliminar a un joven mutante llamado Russell (Julian Dennison). Para ello, Deadpool formará un equipo de héroes llamado X-Force, que incluye a personajes como Domino (Zazie Beetz), Coloso (Stefan Kapicic) o Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand).

Sigue la misma línea de humor meta-referencial, paródico y vulgar que caracterizó a la primera entrega, pero elevando el nivel de violencia, sangre y chistes de mal gusto. Se burla de todo y de todos, desde los clichés del género de superhéroes hasta la propia carrera de Reynolds o Brolin. El resultado es una comedia de acción que no se toma en serio a sí misma y que busca hacer reír al espectador con sus constantes guiños, bromas y situaciones absurdas.

Sin embargo, también tiene sus defectos. La trama es bastante simple y predecible, y algunos personajes están desaprovechados o son meros cameos. Además, el exceso de humor gamberro puede resultar cansino o repetitivo para algunos espectadores, y pierde algo de frescura y originalidad respecto a la primera parte. Por otro lado, también tiene momentos emotivos y dramáticos que intentan darle profundidad y humanidad al protagonista, pero que a veces chocan con el tono general de la cinta.

En definitiva, Deadpool 2 es una película que cumple con lo que promete: entretener y hacer reír al público con las aventuras del superhéroe más loco y carismático del cine. No es una obra maestra ni pretende serlo, pero sí es una buena opción para pasar un rato divertido y disfrutar de la acción, el humor y las referencias culturales que ofrece.