Una película capaz de transmitirte cierta nostalgia por su atmósfera, aunque no la hayas percibido personalmente nunca, no puede ser considerada mala. Es cierto que no goza de la mejor prensa, viniendo tras dos exitazos previos de Travolta como "Grease" y "Fiebre del sábado noche". Tampoco ayuda que sea casi un clon de la historia de Tony Manero, pero ambientada en el mundo sureño y del country... pero a mí me entretuvo bastante.

Es indudable que la mayoría de personajes resultan despreciables. Vemos en la película a gente sucia, alcohólica, maltratadora, delincuente, traicionera, etcétera. Las almas de estos seres están mucho más degradadas que las caravanas en las que viven. Sin embargo, la película (quizás con un exceso de minutaje) sabe reflejar, poco a poco, la deconstrucción de la pareja protagonista, de cara a un desenlace que todos intuimos se va a cumplir.

Pese a la falta de sorpresas que ofrece la cinta, es indudable que todo lo que le rodea genera un envoltorio atractivo. No sólo por las actuaciones (todos me parece que están muy bien), sino también por la estética de la cinta. La dirección me parece bastante sobria, y pese a la larga duración, la película no se hace pesada en ningún momento. La música, en general, está bastante bien, y no resulta cansina a la hora de mostrar actuaciones de cantantes y grupos invitados.

Me encantaría algún día encontrar zonas de ocio con espectáculos nocturnos de monster trucks, locales hechos de madera, neones rojos, olor a patatas fritas, comerme una hamburguesa y tomarme unas copas con música añeja y alejada de los cánones actuales. Mientras tanto, habrá que conformarse con películas que saben transmitir los vaivenes de los amores en toda clase de sociedades. Y es que nadie está libre de estas cosas, aunque sea de manera mucho menos cazurra y agresiva, claro está.

Recomendable.