Auténtica frikada para lucimiento de Clooney en la que puede observarse cómo crece el poder mediático de este chico en la industria cinematográfica de su país. El problema es que George Clooney, antibelicista donde los haya, pretende encarar una crítica parodia contra la guerra de Irak (loable intento) pero sin gracia, porque de gracia natural, precisamente es de lo que carece el muchacho.

Pese a los esfuerzos magníficos del gran Jeff Brigdes, que está que se sale, porque es un guasón con arte y con gracia, (no como Clooney, que no lo es pero presume de serlo) y al atractivo elenco actoral (hacía tiempo que no se le veía el pelo a Kevin Spacey), la película es aburrida, absurda y recuerda a los Coen, haciéndoles, eso sí, un flaco favor a los hermanísimos.

Líbreme Dios de comparar a los Coen con este fiasco. Pero Clooney, que me da a mí que mete mano en los guiones más de lo que nos imaginamos y que se está convirtiendo en un magnate de Hollywood, no deja de ser un niño mimado de los hermanos, por lo que creo que hace uso y abuso del estilo Coen en esta payasada de película que, personalmente catalogaría para el género infantil.

Alguien por ahí comentaba que si la peli tiene gancho es por el tráiler.
Totalmente de acuerdo.
Por el tráiler y por McGregor, Spacey, Clooney y Brigdes (aquí hago un parón para recomendar apasionadamente “Corazón Rebelde” y fliparlo con la estremecedora interpretación de Brigdes). Pero vamos, que vuelvo a recomendarle a George Clooney (que por lo visto no me lee) como ya he hecho en otras críticas (O Brother) que se centre en el arte de la seducción y haga pelis con la Jenny López, que es lo que le va, y se aleje del género cómico que le irá mal... No se puede estar a todo.

O que vuelva al cine político. Tiene múltiples opciones, pero hacernos reír no lo consigue.

George, escúchame: no eres un todoterreno.

Y lo dicho, le están dando demasiada manga ancha al chico Nespresso.