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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Intriga. Thriller. Drama Silvia Broome (Nicole Kidman), intérprete de las Naciones Unidas, escucha, de forma casual, cómo amenazan de muerte a un presidente africano que, pese a estar acusado de genocidio, está a punto de pronunciar un discurso en la Asamblea General de la ONU. Tobin Keller (Sean Penn), el agente del Servicio Secreto encargado de protegerla hasta el día de la comparecencia sospecha, sin embargo, de los ideales que la mueven. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2005
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Sidney Pollack, se rodó en escenarios naturales de NY durante 5 meses a partir del 5-III-2004. Los escenas interiores de la ONU se filmaron en fines de semana y en horas no laborales. Su presupuesto fue de 80 M.$.

La acción tiene lugar en la sede de la ONU y en exteriores próximos. El relato se sitúa en unos días indefinidos de 2004. Narra la historia de Silvia Broome (Nicole Kidman), intérprete de la ONU, que se ve convertida en blanco de un grupo terrorista y en objetivo de investigación y protección por parte del agente federal Tobin Keller (Sean Penn). La película se posiciona clarmente a favor de la paz, el diálogo y la labor de la diplomacia. Condena la guerra, la tiranía y los asesinatos políticos. Aboga por el funcionamiento regular de las instituciones internacionales, como el Tribunal Penal Internacional. Hace uso por primera vez en cine de las dependencias de la ONU (cuyo uso fue denegado a Hitchcock). Aprovecha esta circustancia para dotar a la obra de un clima de realismo y credibilidad. Más que elogiar la institución, la película exalta los principios que inspiraron su creación y en los que basa su existencia: evitar la guerra, propiciar la negociación, pacificar las zonas en conflicto, socorrer a la población civil damnificada, etc. En 2004 formaban parte de la ONU 192 países con derecho a voto. Los principios que rigen la institución y ella misma, con sus éxitos y fracasos, fortalezas y debilidades, merecen reconocimiento y apoyo, sin renunciar a su mejora.

La música aúna ritmos y melodías étnicas africanas, fundidos y mezclas digitales y sonidos que crean y enriquecen el clima de tensión de la obra. La fotografía aprovecha los escenarios naturales, su luz propia y sus colores, con lo que consigue provocar en la retina del espectador sensaciones de realismo y veracidad. Añade travellings aéreos que muestran desde lo alto los edificios y calles de Manhattan. Presta especial atención a los reflejos y superposiciones de imágenes que crean. Pone en contraste el orden de los interiores con el bullicio caótico de la calle. El guión se basa en una historia interesante y bien construída, de Martin Stellman y Brian Ward. Los diálogos, concisos y contundentes, destilan amor por la palabra y habilidad narrativa. La interpretación de Kidman, que sustituyó a Naomí Watts, preferida por Pollack, es excelente en su registro de persona enigmática, culta, seductora, frágil y solitaria. A su misma altura brilla Sean Penn. Ambos resuelven con acierto el papel de antagonistas que se se sienten atraídos, pero nunca dejan de tratarse con verdades y mentiras, confianzas y desconfianzas, simpatía y recelos. La dirección consigue un clima de tensión creciente e ininterrumpido.

Thriller político intenso y vibrante, bien escrito y narrado con soltura y elegancia. Aboga por la paz y las instituciones internacionales puestas a su servicio.
Miquel
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