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Voto de Miquel:
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Intriga. Thriller
Adaptación libre de una novela de Joseph Conrad. En Londres, en los años previos a la guerra, una misteriosa mujer empieza a sospechar que su marido, propietario de un pequeño cine de barrio, le es infiel. Cuando un sabotaje deja sin energía eléctrica a la ciudad, la mujer comprende que no se trata de un asunto de faldas. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2009
34 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los últimos trabajos de la etapa británica del realizador Alfred Hitchcock, es su film nº 20. Escribe el guión Charles Bennett ("39 escalones", 1935), con la colaboración en los diálogos de Ian Hay, Alma Reville, Helen Simpson y E.V. H. Emmett. Se inspira libremente en la novela "The Secret Agent" (1907), de novelista polaco nacionalizado inglés, Joseph Conrad (1857-1924). Se rueda en escenarios exteriores del barrio londinense de Shepherd's Bush y en estudio. Producido por Michael Balcon ("39 escalones") para Gaumont y Shepherd se estrena el 2-XII-1936 (RU).
La acción tiene lugar en Londres a lo largo de la mañana de un sábado de la primavera de 1936. El refugiado Karl Anton Verloc (Homolka), empresario de una sala de cine (Bijou Cinema), casado con una joven americana llamada Winnie (Sidney), es agente de una potencia enemiga. Se relaciona con un extraño personaje apodado "el profesor" (Dewhurst) y es vigilado por el agente Ted Spencer (Loder), que se camufla como tendero del barrio. Con el matrimonio Verloc vive Stevie (Tester), hermano adolescente de la esposa.
El film suma "thriller", drama, crimen, espionaje y romance. Hace uso de una grata y sugerente ambigüedad, que deja muchas cuestiones sin cerrar y esboza numerosas indicaciones susceptibles de interpretaciones diversas. El espectador deja la sala con la tarea pendiente de completar el relato y con deseos de debatir las alternativas posibles. El realizador, de 38 años, hace un uso hábil y preciso de los resortes generadores de suspense: paquete explosivo de relojería, espectador que sabe más cosas que algunos personajes, actores ajenos a lo que ocurre, distracciones de un niño, vendedores callejeros que captan la atención de los peatones y dificultan el paso, tráfico rodado muy intenso, corte de la circulación por un desfile de gala del alcalde, etc. Se crean secuencias de suspense intenso y absorbente. A ello se añade una atmósfera densa y bien construida de extrañeza, misterio y temor.
Se hace uso de un tema que se repite con frecuencia en la filmografía del autor: el desamor de la pareja y la decepción conyugal. Se suscitan otras cuestiones, como las consecuencias de la violencia que afectan a los inocentes, la irracionalidad de los malvados, la identificación del mal con el odio fanático y ciego, la venganza que perjudica a los que la padecen y a los que la practican, la disfuncionalidad de la pareja sin amor, etc. Se dedica un guiño de simpatía a los dibujos animados en B/N de Walt Disney ("¿Quién mató a Cock Robin?", serie "Silly Simphonies", 1935). Con éstos y con la cinta imaginaria "Bartolomé el destripador", que se anuncia en las vallas de la sala de cine, se refuerza el sentido inquietante y trágico de la obra.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción tiene lugar en Londres a lo largo de la mañana de un sábado de la primavera de 1936. El refugiado Karl Anton Verloc (Homolka), empresario de una sala de cine (Bijou Cinema), casado con una joven americana llamada Winnie (Sidney), es agente de una potencia enemiga. Se relaciona con un extraño personaje apodado "el profesor" (Dewhurst) y es vigilado por el agente Ted Spencer (Loder), que se camufla como tendero del barrio. Con el matrimonio Verloc vive Stevie (Tester), hermano adolescente de la esposa.
El film suma "thriller", drama, crimen, espionaje y romance. Hace uso de una grata y sugerente ambigüedad, que deja muchas cuestiones sin cerrar y esboza numerosas indicaciones susceptibles de interpretaciones diversas. El espectador deja la sala con la tarea pendiente de completar el relato y con deseos de debatir las alternativas posibles. El realizador, de 38 años, hace un uso hábil y preciso de los resortes generadores de suspense: paquete explosivo de relojería, espectador que sabe más cosas que algunos personajes, actores ajenos a lo que ocurre, distracciones de un niño, vendedores callejeros que captan la atención de los peatones y dificultan el paso, tráfico rodado muy intenso, corte de la circulación por un desfile de gala del alcalde, etc. Se crean secuencias de suspense intenso y absorbente. A ello se añade una atmósfera densa y bien construida de extrañeza, misterio y temor.
Se hace uso de un tema que se repite con frecuencia en la filmografía del autor: el desamor de la pareja y la decepción conyugal. Se suscitan otras cuestiones, como las consecuencias de la violencia que afectan a los inocentes, la irracionalidad de los malvados, la identificación del mal con el odio fanático y ciego, la venganza que perjudica a los que la padecen y a los que la practican, la disfuncionalidad de la pareja sin amor, etc. Se dedica un guiño de simpatía a los dibujos animados en B/N de Walt Disney ("¿Quién mató a Cock Robin?", serie "Silly Simphonies", 1935). Con éstos y con la cinta imaginaria "Bartolomé el destripador", que se anuncia en las vallas de la sala de cine, se refuerza el sentido inquietante y trágico de la obra.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Contiene varias escenas memorables. Entre ellas hay que citar la del encargo a Stevie de un servicio peligroso, que da lugar a una secuencia de gran tensión. El descubrimiento por parte de Winnie Verloc de la verdad de las actividades de su marido. La escena en la mesa del comedor, bien filmada y montada prodigiosamente. Como en otros films del momento, el realizador encomienda el papel protagonista a una actriz norteamericana, Sylvia Sidney. El argumento guarda relación con el ambiente prebélico que se vivía en Europa en los años inmediatamente anteriores al inicio de la IIGM (1-IX-1939).
La música, de Louis Levy, Hubert Bath (no acreditado) y Jack Beaver (no acreditado), aporta una partitura original para orquesta que ofrece composiciones muy efectistas. Con la ayuda de agudos vibrantes crea sentimientos de intriga e inquietud. Añade un fragmento de la canción "Love's Old Sweet Song". La fotografía, de Bernard Knowles ("39 escalones"), en B/N, desarrolla una narración sobria, exenta de artificios y eficiente. Combina negros sólidos, blancos limpios y una amplia gama de grises. El film está considerado como uno de los mejores "thrillers" de la etapa inglesa del realizador.
La música, de Louis Levy, Hubert Bath (no acreditado) y Jack Beaver (no acreditado), aporta una partitura original para orquesta que ofrece composiciones muy efectistas. Con la ayuda de agudos vibrantes crea sentimientos de intriga e inquietud. Añade un fragmento de la canción "Love's Old Sweet Song". La fotografía, de Bernard Knowles ("39 escalones"), en B/N, desarrolla una narración sobria, exenta de artificios y eficiente. Combina negros sólidos, blancos limpios y una amplia gama de grises. El film está considerado como uno de los mejores "thrillers" de la etapa inglesa del realizador.