Sofisticada parodia al régimen nazi.En su intervención en Varsovia.
Un muy joven Robert Stack. Y una deliciosa Carole Lombard; bajo la dirección del ingenioso Lubitsh.
Carole no podía permanecer sorda al tercer llamado de la patria y tanto en “Ser o no Ser” como en la vida real, participo activamente en la campaña anti- nazi. Ofreció generosamente sus servicios. Ella era una de las preferidas del público. Era la consorte del rey. Los comités de ventas de bonos para la guerra, aceptaron con alegría el ofrecimiento de la artista y Carole empezó a participar incansablemente en los festivales. Para ella era una forma de cumplir con un servicio.
Su misión la llevaba hasta lugares apartados. Fue así como emprendió su viaje, cruzando diagonalmente el territorio de Estados Unidos, de California a Indiana, estado natal de Carole. Los habitantes del estado se sintieron orgullosos de su “Carole”, y compraron bonos. Si aquella mujer abandonaba sus comodidades para ayudar a la medida de sus posibilidades a su patria, ¿qué sacrificio económico era pequeño, para seguir su ejemplo? Y daban muestras de verdadera idolatría, mientras invertían sus ahorros y sisaban el presupuesto familiar, para dar lo que más podían. Ellos fueron los que vieron la última presentación en público de Carlole. Los que la lloraron con el recuerdo de su última aparición con “ser o no ser” en alusión al lóbrego soliloquio de Hamlet. La muerte acechaba tras bambalinas con una macabra sonrisa retorcida. Caía el telón sobre Carole y sus compañeros que abordaron el avión para el más allá. En una llamarada de colores vivos que señalaba el sitio en el que se había estrellado el avión. En enero de 1942.
Pero el dolor más intenso, la pena más profunda, la pérdida más irreparable, fue la que sufrió Clark Gable. Fue el peso instantáneo de una felicidad inmensa a la más negra de las desesperaciones. Gable perdió en las montañas de Nevada, el amor de su vida, lo más querido de su existencia y al mismo tiempo la más cara de sus esperanzas. Carole tampoco le daría u hijo.
Las carcajadas que brotaron en “Ser o no Ser” dejaron de escucharse. Y debido a los tiempos de guerra que se vivían. La película no tuvo éxito. Sino años después. Mucho tiempo luego de que por ese 1942, solo se escuchara un gemido de dolor… mientras un rey rodaba: “En algún lugar te encontraré”