Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
7
Romance. Comedia Jerry y Lucy Warriner están a punto de divorciarse y luchan por la custodia de su perro, Mr. Smith. Antes de que el divorcio se haga oficial, Jerry decide volver con Lucy, pero se entera de que ella va a casarse con un hombre que se ha hecho rico gracias al petróleo. Jerry contraataca anunciando su compromiso con la aristocrática Molly Lamont. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2012
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leo McCarey era especialista en el género del humor y del romance. Aunó ambos en una burbujeante fusión que funcionaba bien, y un ejemplo de ello es “La pícara puritana” (horrible el título que le impusieron al pasarlo al castellano).
Una comedia de los años 30 no necesita presentación; si se ha visto “Vive como quieras”, “Sucedió una noche”, “Vivir para gozar”, “La fiera de mi niña”, “Ninotchka” o un puñado de las de los hermanos Marx, se intuye cuáles son las premisas generales para que se garantizaran el éxito: un guión que recurre sin complejos a las situaciones absurdas, disparates varios, risa abierta, los personajes pasando por trances ridículos, diálogos ingeniosos, ironía a raudales y picardía disfrazada. La procacidad no debía ser evidente, porque la cinta corría el riesgo de no pasar el tijeretazo del puritanismo censor tan extendido por Norteamérica. Ni escenas de alcoba, ni palabrotas, ni desnudos, ni siquiera un matrimonio durmiendo en la misma cama. Como súmmum de lo explícito, besos más bien afectados y formalitos (vamos, que nada de morreos de tornillo con lengua). El erotismo se incluía por otras vías, recurriendo a miradas, gestos, conversaciones veladas y vestuario correcto pero con su toque de sensualidad.
El cine, como todo arte, se influye por los tiempos que le tocan, y por eso refleja una concepción vital de su época, unos valores concretos concentrados en un rollo de celuloide. El tema del divorcio según la visión de McCarey hoy puede resultar de lo más anticuado e ingenuo, y Cary Grant e Irene Dunne caer ante la audiencia actual como dos pacatillos tontines. Mas no olvidemos que si hoy día la ruptura matrimonial es tan natural como respirar, setenta y cinco años atrás era un escándalo o poco menos.
Un ameno viaje al pasado donde reír sin preocupaciones y deleitarse con la vena payasa de Grant, que le iba como anillo al dedo.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow