Sin duda esta película, no puede sostener opiniones a medias tintas, o te fascina o te sientes, como mucha gente, "timado" por el trabajo de Guerin. Quizás las generaciones actuales estamos demasiado acostumbrados al cine comercial americano y bajo el concepto "cine" no seamos capaces de abrir nuevos horizontes, nuevas perspectivas igual de validas o incluso mejores. Desde hace un tiempo a esta parte comparto cierta afición y disfrute con el "cine" en mayúsculas, con el cine realmente bello, con aquel que posee una armonía respecto a su todo. El cine en un principio era únicamente visual y se realizaba cámara en mano, hoy en día pasa por ciertos procesos que distan mucho de su génesis.

En la película vemos como Guerín, en cierto modo, nos acerca a ese principio del cine, seduciendo al espectador con las imágenes. Los breves diálogos que introduce en el "film" sólo son realmente música e hilos conductores. (El diálogo entre Xavier y Pilar no aporta mucha información que el espectador no haya pensado antes, si es cierto que aporta el nombre de la mujer que un día conoció; los gestos que preceden a esta conversación, están tan cargados de expresividad que ya nos han contado aquello que más tarde hablando nos confirman). La historia que encierra el film es la pasión que siente un jóven por la belleza, por la belleza única. Es cierto que el joven mira a muchachas jóvenes sin parar, mira sus gestos, sus rostros, sus miradas... y disfruta con la belleza, pero también es cierto que un rostro, el más bello de todos (para él), pasa ante él como muchos otros, pero este no puede dejarlo escapar. Es la belleza pura, la belleza última que al principio, al observarla conserva la imagen corporea para más tarde sentirla y observarla para siempre. El sonido urbano, con sus voces, sus músicos callejeros, su tráfico... acompañan al jóven en su paseo tras la belleza por las calles de una ciudad, de la ciudad de la belleza. La pelicula es una composición perfecta de interpretación, (tanto de los protagonistas como de cualquier personaje que aparece en pantalla) sonido e imágenes que transmite al espectador, pura poesía.

Como puntualizaba al principio es difícil ampliar el horizonte cinematográfico, para la mayoría de la gente, pero es la única manera de disfrutar de la "Ciudad de Sylvia" y sentirte en la piel del jóven disfrutando de la belleza y sintiéndote un poco él cada vez que encuentras esa belleza, y sobretodo cuando tienes la fortuna de haber observado la belleza última, la belleza esencia.