El niño y la bestia

Me ha gustado mucho. Le tenía muchas ganas a esta película ya que en mi primer viaje a Japón estaba en los cines absolutamente media ciudad tenía carteles de la película, libro y manga (la otra media ciudad los tenía de la genial Your Name). Muy interesantes los 2 personajes protagonistas. Aunque hay momentos en que las 2 horas se hacen un pelín largas.

El niño y la bestia no tiene nada que envidiarle a las últimas producciones del Studio Ghibli, pero anda aún muy lejos de las míticas, la cinta genera un universo plagado de detalles, los cuales se agradecen. A mi entender peca de exceso de metraje, pero fue muy agradable de ver, mi nota un 6,9.

Un Saludo

Mamoru Hosoda sigue su camino por ser el Rey de la animación japonesa después de que Hayao Miyazaki e Isao Takahata le dejaran un sitio voluntariamente (y de que, por desgracia, Satoshi Kon falleciera hace unos años). Sin embargo, Hosoda no alcanza el nivel de maestro. Aún.

'El niño y la bestia' es una buena película, seguro la mejor del año en Japón en cuanto a anime, y puede que la mejor de Hosoda (en dura competencia con la anterior suya, 'Wolf Children'). El director mejora, aunque esta vez el salto es menor de un film a otro, pero se nota que trata de transmitir más y mejor. Técnicamente su equipo está a un gran nivel, pero en lo fundamental, en el guion y la narración, se nota su progreso especialmente. Aún así, sigue tropezando en algunas de las piedras que le quedan por el camino: si bien ha ganado (y mucho) en fluidez y ritmo, vuelve a caer en la redundancia final, en el alargamiento innecesario, en el doble clímax donde el primero sabe bien y el segundo ya sobra. Tampoco ayuda la previsibilidad de su propuesta.

Mamoru Hosoda, eres el máximo exponente de la animación japonesa actual, y espero que lo seas más en el futuro. Pero todavía te faltan algunos pasos. Te sigue faltando ese "algo" especial, saltarte un poco las normas. Cuando lo hagas, cuando rompas definitivamente la barrera (si lo llegas a hacer) serás un verdadero maestro. Mientras tanto, gracias por mantener el nivel y seguir mejorando, ofreciéndonos buenas obras en un panorama del anime en plena crisis de identidad.

Recomendable, en cualquier caso. De lo mejor del anime actual.

Aunque no invente nada creo que esta película tiene un algo que, a mi modo de ver, la hace digna. La historia que se nos cuenta tiene los suficientes recursos como para no naufragar en un metraje largo (dos horas) para una película de animación. Además es una animación bonita, disfrutable y acorde con lo que se nos quiere transmitir.
No he visto el resto de películas de Mamoru Hosoda pero esta me ha convencido.No me ha dicho nada que no supiese pero tampoco me he aburrido lo más mínimo y creo que eso es importante.

Ren, un niño japonés, se ha quedado sin padres. Vagando por Tokio, conoce a Kumatetsu, un fornido oso con apariencia humana proveniente de una realidad paralela, quien lo invitará a seguirlo para que sea su aprendiz.

Solo en el mundo, a Ren nada lo ata a su realidad. Así será como tras una serie de peripecias terminarán siendo maestro y aprendiz. O aprendiz y maestro. O dos grandes tercos. O amigos. O bestias. O niños. De hecho... ¡todas las anteriores!

El niño y la bestia viene a ser otra de las tantas películas de animación japonesa en donde un niño se pierde en un mundo fantástico. Hayao Miyazaki ya lo hizo con El viaje de Chihiro hace más de una década. Entonces, ¿hay novedad en esta historia? La respuesta es sí.

Mamoru Hosoda nos deleita con una película que viene más que a ahondar en la fantasía misma de la historia, El niño y la bestia pone su interés en temas propiamente filosóficos acerca de conceptos como identidad, aprendizaje y autorrealización; disfrazadas con gran genialidad y humor como una simpática propuesta visual que le da cierto aire de fábula al contar con animales antropomórficos quienes son, en definitiva, ese mundo fantástico.

Y aquí el chiste (o mejor dicho lo simbólico): A los animales solemos considerarlos nobles, puros, sensibles… mientras que a los humanos nos gusta etiquetarlos como perversos. Tal como dijo Thomas Hobbes: “el hombre es el lobo del hombre” Somos malos por naturaleza. ¿O no?

Lo que El niño y la bestia consigue es ser precisamente eso: una cátedra para niños (y no tan niños) de lo que significa crecer en el sentido filosófico de la palabra.

La historia es simpática, cómica. pero queda mutilada. Da grandes saltos que atentan contra la buena digestión de esta y te llevan a preguntarte una y otra vez: ¿qué pasó?. Ocurre en reiteradas ocasiones. Y ahí el problema. Se desgasta y vuelve antojadiza.

* cineconpalillos.com