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Tres son multitud

Comedia Max Fisher (Jason Schwartzman), un alumno de Rushmore, una de las escuelas más prestigiosas del país, es el editor del periódico escolar y el capitán y presidente de numerosos clubs y sociedades; pero también es un pésimo estudiante que está siempre al borde de la expulsión. Max se enamora de Miss Cross (Olivia Williams), una joven y encantadora profesora, pero su cortejo peligra porque el señor Blume (Bill Murray), padre de dos ... [+]
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
18 de junio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las comedias de Anderson tienen un sabor amargo y vital a la vez, supongo que se arraigan en la vida misma y en las propias experiencias de los autores (Anderson, Wilson) para sacarnos comedidamente la identificación y la búsqueda de la catarsis. No son comedias para todos, eso lo sabemos, pero en su tono, pueden sacarte una sonrisa entrañable, algún recuerdo o anécdota para recrear también la propia experiencia de la vida. Aquí, en Rushmore, es la de la vida colegial, el amor platónico, la noción de genialidad y liderazgo, en medio de una vida de clase media y amistades a veces engañosas. El ejercicio es tan agradable que se cierra con una maravillosa invitación a sacar de sí todo lo que tal vez quisiste hacer en tu colegio o escuela y dejaste a un lado por... por la razón que fuera.
Valetamayo
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19 de agosto de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo admitir que en algún momento me fué un poco difícil seguir adelante, quizás debido a que los giros no son tan previsibles como uno podría esperar y en el algunos momentos la situación podía derivar a un "quiero y no puedo" que desembocara en un golpe sorprendente, pero no siempre sucede así, por lo que puede sentirse la sensación de que la historia navega de manera errática sin saber hacia dónde. Hacia la mitad todo el ritmo comienza a caminar de manera más interesante y engancha, más profundizando en la emoción de los personajes.
Esa emoción, sutil sin duda en los guiños de un fino humor negro y tierno a la vez, creo que es lo que da ese tinte especial a la película. Buscando esa identificación a través de los personajes conseguimos la conexión que nos transporta a un torrente por el que nos dejamos fluir, navegando hasta un final que deja un dulce sabor de boca. Sí, todo es posible o casi...
peppolanski
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25 de octubre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Wes Anderson no es que sea muy normal. Todo lo contrario, sus historias hablan de personajes raritos o también llamados freaks, que viven experiencias tan rudimentarias como el amor, los celos o la juventud. La película narra la historia de Max Fisher (Jason Schwartzman), un estudiante obsesionado con exprimir su tiempo académico. Está matriculado en el instituto Rushmore, lugar que adora y que le brinda la oportunidad de desarrollar casi todas sus inquietudes, hasta tal punto que llega incluso a descuidar sus estudios. Un día conoce a Miss Cross (Olivia Williams), una profesora que enseña a niños de 8 años y de la cual se enamora perdidamente. El señor Blume (Bill Murray), padre de dos chicos que asisten al Instituto, es multimillonario y habitual benefactor del mismo; ve reflejadas en Max sus ganas de comerse el mundo e ilusiones de juventud. A medida que se van conociendo, se dan cuenta que coinciden en otro detalle: a los dos les gusta la misma mujer.

Academia Rushmore es una extraña y peculiar película que trata temas como el amor, la juventud o los sueños frustrados. El film incluye apuntes biográficos del director, quien confiesa que le encantaba organizar obras de teatro en el colegio. En el reparto destaca un desconocido Jason Schwartzman (todo un descubrimiento), el cómico Bill Murray, la actriz Olivia Williams o Seymour Cassel, quien estuvo nominado al Oscar por su papel en Faces, de John Cassavetes.
Angel Lopez
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15 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rushmore es un afamado centro educativo privado, a esta institución acude Max Fischer (Jason Schwartzman), un joven de 15 años que se deja decir que su vida gira alrededor de este lugar y donde prácticamente quiere pasar el resto de su vida. Al protagonista se le une Herman Blume (Bill Murray) un hombre a quien admira que es padre de unos compañeros de clase y Rosemary Cross (Olivia Williams) una maestra de primaria de quien se enamora, un evidente amor imposible.

Fischer es un chico decidido amante de su institución, sabe todo lo que le puede dar, se mueve como un rey entre sus pares, funcionarios y profesores, se siente prácticamente el dueño del lugar. Crea, dirige y fomenta distintos clubes y actividades extracurriculares en favor del estudiantado. El problema radica en que por su participación en dichas actividades le resta importancia a sus clases, por ende sus notas son bajas, algo que en Rushmore no se permite por lo que constantemente corre el peligro de ser expulsado, en especial porque es un estudiante becado.

Segundo largometraje del director Wes Anderson quien es guionista junta a Owen Wilson (como en su Ópera prima), relata en todo de comedia las desventuras de este joven en tres tractos, la presentación del contexto y del personaje, que hace y como se desenvuelve en la comodidad de su entorno, es decir Rushmore. Un segundo donde se realiza el giro argumental y donde deberá establecerse en un mundo ajeno, caer en la realidad de esa diferenciación entre lo público y lo privado que es algo que se marca en demasía en la educación. Para finalizar con la consolidación del lío amoroso, que ya fue presentado y a lo largo del metraje hubo conflicto pero que aquí se encima.

El realizador va consolidando una reflexión en torno a la perspectiva vivencial de su protagonista, enmarcado en una etapa complicada como lo es la adolescencia, pero desde la comodidad que siente en Rushmore, su mundo es este lugar y no parece aspirar a más, a pesar de que claramente tiene el potencial al practicar numerosas actividades, sin embargo, hay cierto temor al fracaso a la hora de saltar al mundo real, esconde a lo que se dedica su padre, intenta representar una imagen mayor de la que realmente tiene, se mueve de acuerdo a sus necesidades, se queda en mencionar neciamente que ha encontrado lo que quiere hacer de su vida, sí, asistir por siempre a la secundaria.

Una película que también habla del valor de la amistad, desde una perspectiva dual donde Fischer apadrina y es “mentor” de un chico menor que él y a su vez, se hace amigo de una persona mayor que él, un ejercicio interesante que muestra estas dos aristas. Así como la lucha por un amor no correspondido y que simplemente resulta imposible. Se logran concretar en pantalla momentos hilarantes propios de la filmografía de este realizador, que a su vez expresa también en imágenes su particular forma de hacer cine.
10P24H
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1 de septiembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Wes Anderson difícilmente puede dejar indiferente al espectador. Su humor personalísimo y el enfoque extravagante que tantas veces da a sus historias hacen que tenga defensores acérrimos pero también detractores. En este caso nos presenta a un jovencito quinceañero, interpretado por Jason Schwartzman, y a un hombre ya maduro en plena crisis matrimonial, Bill Murray, enamorados de la misma mujer. Lo que sería una historia bastante sobada en manos de otro director, se convierte en algo diferente debido al sentido del humor extravagante y rayando con lo absurdo tan habituales en él. Además podemos observar como los sueños del protagonista se van desmoronando a medida que la historia se desarrolla, lo que implica también una reflexión sobre cómo la madurez nos llega muchas veces a base de golpes, y también que pocas cosas unen más a dos hombres (para bien o para mal) que el estar, o haber estado, enamorados de la misma mujer.

Sin ser una película extraordinaria y sin que su tipo de cine sea el que más me interese, posee ese poso de extrañeza y un sello personal que provocan que, a los pocos minutos de estar viéndola, el espectador avezado se dé cuenta de quién es su autor. Y eso, en los tiempos que corren para el cine, ya es bastante.
Boo Radley
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