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I'm Still Here

Comedia. Drama Polémico documental (o mejor dicho, aparente falso documental) que sigue la transformación de Joaquin Phoenix de actor a cantante de hip-hop. Tras "Two Lovers", el actor declaró estar cansado de actuar, que abandonaba el mundo de la interpretación, y que en el futuro se dedicaría en exclusiva a su faceta de cantante. En sus escasas apariciones en los medios, un casi irreconocible Phoenix mostraba, además, un comportamiento cada vez más ... [+]
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Críticas 45
Críticas ordenadas por utilidad
17 de enero de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El día que me enteré de que Joaquin Phoenix dejaba la interpretación, abrí varias botellas de cava para celebrarlo. No, no soy su mayor fan. En plena fiesta leí entera la noticia y me sorprendí al comprobar que al parecer decidía pasarse al mundo de la música, lo que provocó que se me congelara la sonrisa en el rostro y diera la fiesta por terminada, viendo la que se me venía encima. Más tarde se empezó a rumorear de que se podría tratar de una noticia falsa y de que en el fondo no era más que una estratagema para preparar un nuevo proyecto sobre un falso documental con él mismo cómo protagonista. La palabra que refleja más claramente mi estado de ánimo en ese momento es: indignación. Las fuentes, no obstante, confirmaban que Phoenix estaba lo suficientemente chalado como para llevar a cabo cualquiera de las dos cosas. Al final, días después de su estreno en el festival de Venecia, al que la cinta llegó inmersa entre rumores, se destapó el pastel y los responsables del proyecto terminaron reconociendo que se trataba de un falso documental.

Alguien dijo en cierta ocasión (o quizás me lo estoy inventando, que para tratar la película que hoy nos ocupa también estaría justificado) que una buena historia debe tener un buen auge para, luego, dirigirlo todo hacia una gran caída. En I'm still here no hay auge. El auge queda fuera del metraje y durante el documental simplemente asistimos a una larga y continuada caída de un artista que en otra época probó las mieles de un éxito que no fue capaz de digerir, por lo que se vio obligado a cortar con toda su vida anterior. Nada de ello es real, y a pesar de todo, el simple hecho de haberse enfrascado en un proyecto de estas características no deja de ser un claro síntoma de que Phoenix no está bien de la azotea. Y yo que me alegro, pues por fin he logrado interesarme por su carrera como actor.

Durante la primera mitad de la película no podía evitar pensar una y otra vez que, de no haber sabido que se trataba de un falso documental y que todo lo que estaba sucediendo en pantalla estaba previamente guionizado, realmente hubiera disfrutado mucho más su visionado y su efecto en el espectador hubiera sido mucho más espectacular. Por el contrario, en la segunda mitad, la película consigue paliar la ventaja con la que cuenta el espectador, logrando que no me importara lo más mínimo el hecho de que lo que ocurría no fuera veraz, atrapado por la vorágine, en caída libre, de su personaje protagonista, plagada de algunos momentos brillantes y contando con tres o cuatro escenas que se quedan grabadas en la retina del espectador. Personalmente, me quedo con el plano contrapicado sostenido a un Joaquin Phoenix rígido, caracterizado como aparece en el cartel de la película, momentos antes de su actuación en una sala de fiestas de Miami, donde confirma o lo buen actor que es (y que hasta el momento no había sabido apreciar) o que está como una bendita regadera.
Jefe Dreyfus
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19 de noviembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que hace estallar los clásicos debates que tratan de delimitar la ficción y el documental. En realidad es un documental, porque trata de poner la cámara para captar las reacciones al supuesto desvarío vital de JOAQUIN PHOENIX desde 2008. Pero por otra parte, nos presenta un JOAQUIN PHOENIX interpretado hasta en sus momentos de soledad, lo que deshace el principio de "cámara oculta", probablemente porque el fin último sea hacer dudar hasta al propio espectador, también captado por esa cámara oculta. Esa ficción traslada el documental hasta la propia sala de cine.

Sabemos por las noticias posteriores que todo fue un "fake". Ese es el gran mérito de la película: haber hecho dudar a todo el mundo de la salud mental de PHOENIX, dejando una entrevista en el "SHOW DE LETTERMAN" que quedará ya para la historia de la televisión (sin olvidarnos de BEN STILLER imitándole en la entrega de los OSCAR). Si hay una reflexión final acerca de la imposibilidad del cambio a los ojos ajenos, pasa hasta desapercibida.

JOAQUIN PHOENIX se merece todos los premios que pueda recibir un actor. ¿Un actor?.
trivijuan
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10 de febrero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Breve crónica de un largo engaño: Ya estaba en boca de todo el mundo; ya se había anunciado -en voz baja- por alguno de los protagonistas, pero fue la noche del once de febrero del 2009 la que marcó el pistoletazo de salida de lo que más tarde acabaría conociéndose popularmente como 'I’m Still Here'. El escenario elegido: el Show de David Letterman. En el programa del famoso humorista se presentó un irreconocible Joaquin Phoenix que entre silencios incómodos e ininteligibles balbuceos anunció de forma oficial que dejaba su carrera como actor (según decía, estaba ''cansado de interpretarse a sí mismo'') para probar suerte... como cantante de hip-hop.

A partir de ahí, se disparó la rumorología y las especulaciones. Todo el mundo opinaba sobre el asunto; todo el mundo creía saber de lo que hablaba, pero en el fondo nadie entendía nada. La prueba: después de la presentación de la película en el incomparable marco del último Festival de Cine de Venecia, ninguno de los asistentes al Lido se atrevía a poner la mano en el fuego sobre si lo que acababan de ver era ficticio o no. Esta incertidumbre se alargó hasta el estreno comercial en los Estados Unidos, momento en el que por fin las mentes pensantes del proyecto confirmaron que todo se trataba de un engaño.

La pregunta que nos quedó al resto fue la siguiente: Una vez descubierto el pastel ¿qué encanto le queda a 'I’m Still Here'? Ciertamente se trataba de un proyecto que se creció en la incertidumbre, en la confusión, en saber si nos estaban tomando el pelo o no (y de paso, en saber si el mundo del cine había perdido verdaderamente a un gran actor). Una vez desenmarañado todo, este falso documental ya no tenía tanto a ofrecernos... lo que de ninguna manera deja a la propuesta con encanto cero. Es más, como todo buen capítulo de 'Perdidos', a medida que el menor de los Phoenix y el menor de los Affleck iban contestando a nuestras preguntas, otras nuevas se ponían sobre la mesa. De acuerdo, Joaquin y su querido cuñado se quedaron con nosotros... pero a partir de aquí ¿quién estaba en el ajo y quién no? O lo que es lo mismo, ¿a quién tocará pedir disculpas? Es por esto que para los realmente interesados en esta colosal jugarreta, sería imprescindible echarle también un vistazo al making of de la cinta, prueba que evidencia que, a pesar de todo, 'I’m Still Here' sigue conservando buena parte de su encanto y misterio original.

Este juego, en el que queda claro quién es el estafador pero no del todo quiénes son los estafados, no se sitúa demasiado lejos de las últimas y ultra-pintorescas composiciones de Sacha Baron Cohen: 'Borat' y 'Bruno'. Gran parte de la gracia de dichas propuestas, más que estar en la saturación de golpes humorísticos soeces marca MTV, subyacía en el efecto espejo. La transformación del siempre irreverente cómico británico conseguía que la gente con la que interactuaba luciera por todo lo alto sus prejuicios, sus desconfianzas, sus miedos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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15 de febrero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada quisiera destacar una cosa. Hay que tenerlos muy bien puestos para someterse a la trasformación a la que Joaquín Phoenix dio lugar. Destrozar de la forma con la que lo hizo toda su popularidad y echar por el suelo todo el respeto ganado durante largos años de brillante trabajo en año y medio es difícil. A pesar de que supiera que solo estaba actuando, recibir tal cantidad de críticas, insultos y burlas no debe de sentar muy bien.
A partir de ese punto que más decir. Espectacular. Este híbrido de film-documental o lo que sea, ya que jamás antes había visto algo semejante, es totalmente rompedor y desborda creatividad por todos los costados. Y es que todo el mundo pensaba que todo era una broma, una jugarreta, pero a medida que Phoenix iba desarrollando su papel, más y más real lo hacía parecer. Entre él y Affleck han creado una especie de “Show de Truman“a la inversa, en el que los actores eran ellos dos y los que creían estar viviendo la realidad era el resto del mundo. Y se han llevado el gato al agua, lo han hecho con creces. Han creado una brutal y ácida sátira contra la sociedad actual, los medios de comunicación y el mundo rosa del "famoseo". Todo ello con un Phoenix soberbio, magistral, interpretándose a sí mismo como un juguete roto que no consigue realizarse en su vida artística.
Impactante el efecto realista que han conseguido crear. Rodado todo con cámara de mano y siguiendo con minucioso detalle cada paso de JP en su “nueva” carrera musical: sus horrorosas actuaciones y grabaciones en estudios, su relación con las drogas y prostitutas. Y por encima de todo, la caída en picado, las depresiones a causa del hundimiento de su carrera. Incluyendo los programas late night a los que fue y en los que fue vapuleado y avergonzado en directo para toda América.
Sinceramente me ha conmovido la actuación de Phoenix y más que nada al término de la película, creo que está excelso, emociona solo con verle los ojos.
Quizá se haga al final un poco pesada, larga y espesa pero por lo demás, muy recomendable.
GPerez
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26 de marzo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Independientemente de que todo sea un espectacular bulo, además de una de las más sorprendentes curiosidades que uno se ha echado a la cara en mucho tiempo, dista bastante de la brillantez, lo cual, valorando la audacia de Joaquin Phoenix en una vivencia (más que interpretación) admirable y la ingente cantidad de jugo que rezuma la propia idea del proyecto, casi da ganas de tildarlo como decepcionante petardo mojado. Lástima de una mente más práctica al mando de su arquitectura, con la imprescindible agudeza pertinente que no demuestra Casey Affleck, para no dudar al seccionar larguísimos minutos de metraje con nula aportación en sobrantes y reiterativas secuencias. Pero la idea que transpira todo el proyecto es suficientemente valiosa, para pervivir por encima de cierta necedad formal e incluso para superar esa mencionada desmedida, amenazantes ambas, de una atención que, en sabias manos, podría haberse convertido en abnegada. Su sola y atractiva condición de espécimen casi extraterrestre, ya compensa de sobra las posibles heridas que acompañan su visionado y su certera calidad de sorpresa diluye en gran parte todos esos posos oscuros.

Debe verse. Suele ser bueno experimentar.
mikinervio
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