Picnic

Un hombre llega a Tontilandia. Allí los problemas más graves son regar las plantas y ver con quien se casa la rubia del pueblo. El que tiene todas las papeletas para casarse con ella es el hijo del millonario. Padre e hijo juegan como niños en el jardín de su casa cuando llega el amigo Holden a pedir trabajo.

Lo bueno de esta película es que la trama no ofende, es bastante descafeinada visto hoy lo que es la actualidad. Transcurre el drama en el estío, nada más que ocio y fiesta, intentando que te des cuenta que a pesar del jolgorio, la gente tiene problemas, problemas de amor. Es una visión de los anhelos, de la falta de ilusión, de la necesidad de tener a otra persona al lado, más que eso, es el miedo a quedarse uno solo, y sí, es verdad, nadie lo discute, son problemas del alma, muy importantes.

La mujer joven, la rubia, Kim Novak, anhela grandes sueños porque es joven, tiene la vida por delante; y la mujer madura cree que el tren que sale de la estación puede ser el último. Sí, con este película de 1956, lo captas muy bien. Por eso no quiero que te vayas de mi lado bajo ningún concepto.

Los años han dejado al descubierto las vergüenzas de uno de los clásicos del cine americano.
Vista en la actualidad las situaciones parecen forzadas, los actores sobreactúan y la historia cabría perfectamente en la estructura de un cortometraje.
Pero no deja de ser una película de obligada visión para todo cinéfilo que se precie de serlo, verémos como se portan las películas que se estrenan estos días dentro de 50 años... miedo me da pensarlo.

Aunque por ahí se podría mal interpretar lo de "simpática", con que inicio mi critica de este entretenido film, que en su día provocó polémica por su "aparente" erotismo exagerado para la época, cosa que ya visto hoy no da para tanta controversia, sin embargo aun se mantienen vivos una sensualidad fina y un sútil erotismo que le vienen perfectos a la trama que nos cuenta de manera correcta y estéticamente exquisita el director Joshua Logan.

Sin ahondar mucho en en detalles lo que me ha llamado la atención es la espectacular forma en la que es retratada la sociedad estadounidense de hace ya 60 años, sus costumbres y forma de vida, por ende de su forma de pensar algo ya caduco (hay que decirlo también) en ciertos sentido como por ejemplo, la excesiva moral (manipulación diría) o el típico "sello" machista sobrepuesto en el personaje interpretado por William Holden, un gran actor que se destacaba como "galán" de turno y en pleno forma para aquella década del 50.

En cuanto a participación femenina destacar a una Kim Novak, de verdad hermosa, casi como si se tratase de una "belleza silvestre" en busca de liberación, su sola presencia es admirable y con esa vestimenta destila "morbo" por todos los poros, y sobre todo transmite esa ansiada búsqueda de felicidad. A su lado también se destaca una "petisa" adorable, la hermana menor interpretada por la extraordinaria Susan Strasberg, que con su rebeldía esconde un complejo de "inferioridad" hacia su hermana y tambien busca su propia felicidad.

Por ahí se dejan ver Rosalind Russell, Arthur O'Connell, Cliff Robertson, Betty Field, Verna Felton y Phyllis Newman quienes completan un reparto acertado, en cuyos personajes también se dejan ver los enormes deseos de libertad que continuan siendo temas importantes hasta las nuevas generaciones, pero vistos desde distinta óptica y época mejor dicho.

Considerada en su estreno como una película escandalosa, por el osado tratamiento que daba a algunos de sus temas -hoy todas esas discusiones son vanas- aparece ahora ante nuestros descreídos ojos más bien como un melodrama un poco epidérmico –basado en la obra teatral de William Inge por la que obtuvo el premio Pulitzer-, que comparte muchos de los temas y obsesiones del teatro de Tennessee Williams. Romántica historia de encendida y desesperada pasión pero también retrato de la callada pero vociferante agonía de las vidas y deseos insatisfechos, amargo análisis de un mundo femenino de frustraciones, planes de futuro pospuestos y abrumador terror a la soledad.
Entre las mayores cualidades del film destacaría la historia de los dos desgraciados personajes protagonistas, con su canto a la fugacidad y a la fragilidad de la belleza -“…y de qué sirve ser sólo bonita”-, el gran uso que Logan hace del formato panorámico, con una esplendorosa fotografía de James Wong Howe, el indudable atractivo varonil de William Holden, con su impresionante torso desnudo, el enorme trabajo de los secundarios –Arthur O’Connell y la veterana Rosalind Russell- y en especial la sensible interpretación de esa fenomenal actriz que fue Susan Strasberg en el papel de Millie Owens.
Hay también, sin embargo, unos cuantos elementos nada fútiles para la decepción y la crítica, que contribuyen a dejarnos ese regusto agridulce de las obras imperfectas: un William Holden demasiado mayor para un papel tan juvenil como el que representa lo que suple dando unos cuantos saltos o piruetas y sobreactuando un poco, la hierática y bóvina inexpresividad de Kim Novak que resta fuerza a su personaje –vamos, los dos protagonistas- y, sobre todo, la escasa química que desprenden ambos actores en la pantalla. Merece, a pesar de todo y con todas estas salvedades, un vistazo para que la indulgencia de un público seguramente más comprensivo le otorgue un mayor valor que algunos no sabemos ver.

Viendo esta película, me ha parecido que "Rebelde sin causa" fue la causante de que el cine cambiara... fue una de las primeras películas (si no la primera) que abordó temas más ambiguos y también más profundos. No era lo típico de chico conoce chica y se enamoran...

Esta película coge el testigo de esa película, y aunque a veces estés pensando que estás viendo, luego piensas que el cine de los 50 (de mediados a finales) ya empieza a cambiar, y empieza a atreverse, a sacar a flote más cosas.

"Rebelde sin causa" fue las primeras que también se topó con la censura y creo que esta película también se toparía con la censura.

Veo por primera vez (quizás) a un hombre más sexualizado. Sí que ha habido actores que han sido objeto sexuales, pero dentro de la película era más sutil, o sólo se veía su "fuerza macho", pero aquí, vemos a un hombre que prácticamente lo desnudan para el deleite de la mujer, creo que antes poco o nada se había hecho.

Es un huracán de emociones, pero que no llega a ser "Rebelde sin causa", ya que (pondría la mano en el fuego) en esta época aún no saben como filmar ciertas emociones. Y seguramente todo a causa de la censura, que ya por esta época, va muriendo, afortunadamente.

No sé porqué, también me recordó (quizás por la intensidad de las emociones guardadas) a la futura "El graduado".