Aprendiendo a conducir

Sólo con ver el póster de la película, se me fueron las ganas de verla. Todo parece muy pasteloso, y no me parecía una buena idea verla. Pero aún así, le di una oportunidad... Y que bien que se la diera.
No pasará a la historia, ni tampoco es una obra maestra inolvidable, pero si lo que quieres es pasar una hora y media divertida y sin complicaciones, "Aprendiendo a conducir" es tu película.
Yo me he llevado una sorpresa, pensaba que me encontraría una americanada (aunque sea de Coixet) en la que todo se resuelve y acababa como había empezado. Y no es así.
Lo que no me ha gustado ha sido el momento en el que acaba la película. Muy precipitado. Personalmente, le falta una escena o algo. También me gustaría que se profundizara más en algunos personajes. Pero bueno, aún con todo es una película muy agradable. La recomiendo para verla en una tarde sin nada que hacer.

En su enésima aventura americana (lejos está la agradable acogida que tuvo “Cosas que Nunca te Dije” (1996), la magistral “Mi Vida sin Mí”. (2003) o la ya nmás tíbia “Elegy” (2008), Isabel Coixet retoma en un viraje hacia la comedia temas tam candentes como el miedo a la soledad, la madurez y los nuevos retos a afrontar. Con la medida adecuada de una comedia dramática sobre superaciones personales, la directora de Sant Adrià del Besòs vuelve a contar con un reparto adecuado (de hecho Ben Kingsley y Patricia Clarksson ya habían trabajado a sus órdenes).

Con un acertado sentido del costumbrismo urbano pero cayendo en la necedad de intentar a momentos tener su toque de ironía a lo Woody Allen, Coixet nos adentra en la potencial vida amargada de Wendy (Patricia Clarksson) una crítica literaria abandonada por su marido (Jake Weber) en pos de una mujer más joven. En un incidente con su futuro ex-esposo conoce al taxista panjabí de la etnia sikh, Darwan (Ben Kingsley) que también trabaja como empleado instructor de autoescuela. Entre ellos se establecerá una peculiar razón en que les hará plantear interrogantes y reflexiones compartidas sobre sus posicionadas pero algo incómodas vidas.

Una película amable y rodada sin prisas con un acertado como aceptable ritmo. Dista de lo mejor de su directora pero se deja ver.

Si te gusta Nueva York, las películas con toques culturales y que cuentan una relación de dos personas totalmente diferentes pero que tienen algo entre ellos MIRALA

Si no te gustan las películas con un simple argumento, poca acción y de las que tu madre diría "es mona", ni te molestes en mirarla.

Se podría decir que estas temáticas son funcionales al mundo contemporáneo; historias sencillas sin gran estruendo con "protagonistas de renombre" que abordan todas las situaciones cotidianas que atraviesa la gente común. Se podría decir que es el tipo de cine que educa e informa. Me recordó en parte a "Visita Inesperada" con Richard Jenkins, es este caso con una parejita de chico sirio con chica africana. En este caso el Oscarizado Ben Kingsley que fue Gandhi en la India, pasa a ser un instructor de manejo hindù Si bien le pone un toque oriental a las primeras consignas, antes de apretar el acelerador, a lo largo de la historia terminamos descubriendo que todos los mortales estamos atravesados por los mismos sentimientos y pasiones que nos define como seres humanos por más diversidad cultural que haya. Excelente interpretacion de Patricia Clarkson. Es una pelicula evidentemente pro globalización o que promueve la identificación con personas que viven en situaciones de desarraigo, en combinación con la soledad y los miedos de los que juegan de locales, dando la combinación perfecta para que haya una sinapsis entre dos seres humanos de una forma tal vez un poco idealizada.

No le proceso mucha admiración al cine de Coixet, lo confieso. Formalmente hace un cine impecable, pero sus historias no despiertan mi interés, de hecho consiguen en su mayoría irritarme, al margen de la más que aceptable "Mi vida sin mi". De hecho todavía recuerdo la risotada que me vino espontáneamente en el cine cuando en el momento cumbre de "La vida secreta de las palabras" Tim Robbins dice aquello de "-aprenderé a nadar" ("Menuda metáfora de ... que necesió de una escena alargadísima para sembrarla", pensé).
En cambio sus artículos de opinión sobre la situación social y política en que se vive actualmente en Cataluña y de la que sólo parece haber dos posturas encontradas me ha devuelto la esperanza de encontrarme ante una personalidad muy destacable del panorama intelectual español.
Con "Aprendiendo a conducir" ha realizado una película pequeña, de encargo, bien ejecutada y ha conseguido dos actuaciones excelentes. Kingsley vuelve a ser un hindú admirable. Patricia Clarkson, sin estridencias retrata los conflictos y la mediocridad de la clase burguesa que tanto puede ser americana como de cualquier lugar del mundo, con cosas detestable y otras admirables.
Entretenida.