Amores perros

Bien por Alejandro G. Iñárritu que demuestra que la formula le resulta, aquí tanto como en “Babel”. La forma de mostrarnos tres historias entrelazadas realmente nos mantiene interesados todo lo que dura el film; cosa muy difícil de lograr, puesto que son tantas las películas que he visto recientemente y que antes de que lleguemos a la mitad de la historia, ya me aburrí. Si a usted le gusto “Babel” le recomiendo que vea “amores perros” o vise versa. Se ve la mano del director.
Aquí, en “Amores perros” Emilio Echavarría con su papel esta perfecto, y viendolo en su rol de enlace cubano en “Otro día para morir” esta irreconocible, eso si… su calidad de actuación no se pierde.

En efecto, el guión, la dirección y las actuaciones de Amores perros, se unen para transportarnos al collage de vivencias de un México desencantado. Iñarritu se luce en su opera prima, al entregar las diversas manifestaciones de amor, canalizadas y liberadas con exactitud.

Gael García, insospechable su alcance histriónico (por sus escasos antecedentes); Adriana Barraza reafirmando su carrera; Vanesa Bauche un paso al reconocimiento; Jorge Salinas efímero; Rosa María Bianchi explorando nuevos territorios; Álvaro Guerrero de regreso a la pantalla grande; Rodrigo Murray en línea; Alejandro González Iñarritu del desencanto a la fama y el éxito.

La manera de unir tres historias distantes, por un hecho extraordinario pero a la vista de todos cotidiano en una ciudad tan loca como esta, es sorprendente; en un abrir y cerrar de ojos la vida cambia y la coincidencia es desfavorable para muchos. El efecto hiperrealista de Amores Perros causa una cinta taquillera situación extraña, (ya que la mayoría de los citadinos está fastidiado de ver lo que podemos encontrar en la esquina de cualquier calle), supongo que es su forma de abordar las temáticas lo que la aparto de la indiferencia.

En fin, muy adhoc de inicios del nuevo siglo, tan distante de “El callejón de los milagro” (México, 1994).

Perros de diez padres, mucho más nobles que perros con pedigree.
Perros malcriados, caprichosos, de los de culo veo, culo deseo.
Perros caniches, ganadores de concursos de belleza, aniquilados por las ratas y olvidados para siempre.
Perros condenados, mucho antes de nacer. Da igual el nombre que les pongan; su destino es irremisiblemente morir luchando en cualquier pelea.
Perros solitarios, obligados a pagar por los errores cometidos en el pasado.
Y sobre todo… perros de la misma camada, dándose dentelladas en los huevos hasta desangrarse.

Sólo los grandes pueden irrumpir así en el cine. Y González Iñárritu está, desde que rodó ésta su ópera prima, entre ellos.

Soberbia del primero al último de los fotogramas.

Película muy recomendable para los que les gusten los duros dramas. Con un ritmo narrativo muy ajustado, cuenta tres historias y describe a los personajes acorde a la faceta que crucen en la historia propia. Además, cada uno tiene un perro de mascota, el cual es una expresión minimalista de lo que significa el personaje.
En el de la primera historia, un joven le da un giro a su vida, al enamorarse de la esposa de su hermano y entrar en el negocio sucio de la lucha de perros. Este tiene un bull dog creo, el cual es su perro de pelea, que antes de eso era un animal tranquilo y pacífica, pero al igual que su dueño sufre una revolución, y se convierte en el campeón matador del mercado. La segunda historia es sobre un modelo que sufre un accidente y tiene la pierna muy lastimada. Un día, su perrita se pierde debajo de suelo, lo que causa y una crisis nerviosa en ella a medida que pasan los día y no la encuentran. La tercera (y mi favorita) es de un pobre asesino a sueldo, distanciado de su familia y de todos sus conocidos, excepto de sus perros, los cuales pierde por un nuevo integrante a la camada, así ambos se convierten en compañeros solitarios y inevitablemente inseparables, lo cual provoca una revolución en el viejo y un intento de humilde redención.
La película es sobresaliente en su manejo del drama y las emociones, de tres historias que se relacionan a partir de un accidente. Es dura de ver. Las consecuencias que traen los hechos a sus personajes al final y ver como quedan destruidos y mutilados rompen el alma a algunos.
Dato curioso en el spoiler.

"Amores perros" es tal vez el mejor aporte del cine mexicano moderno al cine mundial; es una película esencialmente sobre el dolor y la muerte tan presentes en la cultura mexicana, ésto sin caer en los estereotipos. Filmada principalmente con cámara en mano, que es un recurso cinematográfico del cual generalmente se abusa, pero que en ésta película esta muy bien empleado y ajustado al veloz montaje. En cuanto a la puesta en escena, se agradece la utilización de locaciones reales. En cuanto a las actuaciones, están en general muy logradas, por actores que parecen realmente mexicanos y no los modelos que aparecen en las telenovelas.
La película está estructurada en tres historias entrelazadas por un accidente automovilístico y contada desde los tres puntos de vistas involucrados; se nota que hay un esfuerzo por escribir un buen guión; muchos hacen notar la influencia de Tarantino y es cierto que en la estructura narrativa hay claras influencias de éste director; pero la gran diferencia es que en "Amores perros" la violencia no es mostrada como si fuera el mejor chiste, como ocurre en las películas de Tarantino, sino que es mostrada como debe ser: con angustia y dolor, pues son seres humanos los que sufren y por que no decirlo también perros.
Lamentablemente, parece que con ésta película a González Iñárritu se le acabaron las ideas, por que en sus películas posteriores en Estados Unidos: "21 gramos" y "Babel" se limitó a repetir la misma historia de "Amores perros" pero con más presupuesto; en vez de seguir explorando su propio país México, del cual tanto se puede decir. Continúo en Spoiler......