La historia sin fin

Si te has leído el libro, hazte un favor y no veas la película. Dejando aparte que sólo cubre la mitad (dejando bastantes tramas descolgadas y un final sin sentido), comete tantos errores que incluso el propio Michael Ende pidió que le quitasen el nombre de los créditos.

Si no has leído el libro y no piensas hacerlo, puede ser una película infantil entretenida, con efectos especiales bastante curiosos y personajes simpáticos.

Los recuerdos que tenía de este film eran horribles y siempre me quedó la duda de si mi mente infantil no la procesó debidamente en su momento, hasta el punto de no poder terminar de verla.
Afortunadamente, volviendo a visualizarla me he dado cuenta de que no tenía ningún problema, simplemente la peli es una patraña.

La trama es inexistente y la adaptación horrenda. Para adaptar un libro a la gran pantalla, y más si es uno de cierta extensión, lo primero que hay que tener es valor (que no osadía, de la que parece que Petersen anda sobrado). La forma de cortar la cinta es horrible, no se entiende bien, pero no sólo eso, sino que comienza a hacer constantes guiños a la novela, que sin su correspondiente explicación pierden todo el sentido.

Tan solo me queda decir que para ver una "historia interminable" digna, tan solo tienen que dar 100 millones de dólares y vía libre a Guillermo del Toro. Rendiría.

Evidentemente, he leido el libro y esto...me parece algo vergonzoso lo que han hecho con la historia original, entiendo que no se pueda hacer una copia perfecta, pero no alejarse tanto de la historia. No me extraña nada que el autor del libro, Michael Ende, se enfadara tanto cuando la vió, que prohibió que le pusieran en los títulos de crédito, solo sale como creador del libro.
Algo horrible.

La historia interminable es El filme nostálgico. Viéndolo uno recuerda la cantidad de veces que puso su VHS para meterse en un mundo ajeno al nuestro pero al que todos, al igual que Bastian, el protagonista y narrador omnisciente, podíamos llegar si conseguíamos desatar las cadenas de nuestra imaginación. Viéndola uno de crio, imaginaba que era él el que leía el misterioso libro, que era a él al que hablaban Atreyu, La Reina, y los demás personajes de esa Fantasía, y ahí radicaba la magia de esta película como lo era también del libro, en convertir al espectador /lector en un personaje más, y probablemente en el definitivo, el que salvaría al mundo de esa bellísima metáfora, La Nada, que se come nuestra imaginación, nuestra capacidad y ganas de soñar, nuestros deseos de ser niños para volver a esos rincones de nuestra mente donde lo lógico pasa a un segundo lugar, esa Nada contra la que hay que luchar, como Atreyu, galopando en su caballo y en su Dragón, o como Bastian, haciéndolo en las páginas de un libro deliciosamente interminable.
La historia interminable, la película, acertó en saber transmitir esas ideas y esos ambientes a imágenes, obra de un director tan poco valorado pero tan profesional como Wolfgang Petersen, que supo captar la magia de todos los parajes de Fantasía, desde los más desolados a los más espectaculares.
Vista hoy en día si es cierto que la cinta ha envejecido mucho, se nota que es una película que podríamos llamar para todos los públicos, con toda la previsibilidad y tópicos de estas, y dado el avance que ha habido en tecnología, la que vemos aquí se queda muy, muy atrás. Pero la cinta seguirá siendo recordada y disfrutada debido a la magia que conserva, que va mucho más allá de sus imágenes.

Leyendo las criticas de otros todos coincidimos en lo mismo, una película que marcó una época, una película la cual cuando la volvemos a ver tiene la magia de podernos transportar a esos años de nuestra infancia donde a todos nos hubiera tener un dragón blanco de la suerte y muchas más cosas.

Una película que aunque a pesar de que hayan pasado más de 20 años se puede sentir una frescura en el tema, una película dirigida a los niños pero con un fondo dedicado a los adultos, una película que no tiene edad, es una película con tanto fondo moral que es obligatorio volver a verla cuando hayan pasado 20 años, es para mí como El Principito pero en cine, es decir, esa temática tratada con ligereza y sencillez entendible por todos pues esta hecha para un publico infantil pero una película con un fondo para mayores.

La única pena que le veo es que después de tantos años lo único que ha perdido es en los efectos especiales, la verdad se han quedado un poco pobres, pero era de esperar, seguro que algún día la quieran llevar otra vez a la gran pantalla como un remake pero el resultado será sin duda grandes efectos especiales sin ningún fondo moral, es decir espero que no la destrocen pues cuando la vuelvo a ver puedo sentir la inocencia de mis años jóvenes, una preciosa película.