Gladiador

Rotunda frase al inicio de la película que la resume a la perfección.

Gran historia
Final épico
Memorable
Inspiradora
Emotiva
Banda sonora increíble
Interpretación perfecta


Toda una obra maestra de la Roma de los gladiadores

Primer "peplum" moderno que sorprendió a la mayoría tras pasar dos horas de auténtico lujo sentados en una butaca. La banda sonora es memorable, Russell Crowe tiene un papel hecho a su medida, interpretado de forma magistral (oscar incluido), Ridley Scott nos deslumbra con "su poder visual" característico de todas sus películas, gran fotografía, paisajes, genial ambientación de la Roma antigua con unos efectos sorprendentes...Pero además de eso (que también pueden tenerlo en cierta medida los nuevos films épicos surgidos últimamente: "Troya", "El reino de los cielos"...) tiene una historia genial con un gran trasfondo, calado. Es decir, que no hay que destacar sólo los aspectos técnicos de la misma. En definitiva, acción, espectacularidad, emoción, grandes interpretaciones (grandioso Joaquin Phoenix), hondura emocional, genial historia épica...Disfruten¡¡

Lo mejor de la película es que rescata un género que me encanta y que Hollywood había olvidado. Yo creía que tras el exito de Gladiator iban a hacer más... pero no, incomprensible pero no.

Gladiator empieza bien. Toda la parte de Germania está de fábula... pero de repente se convierte en una especie de Falcon Crest a la romana con un guión pobrísimo. El final es una gilipollez supina.

De todas formas Gladiator no es mal film, entretiene. ¡Qué ya es mucho hoy en día!

El Oscar a Crowe es un expediente X porque sólo hace que poner cara de amargado durante dos horas y media.

Actores de rasgos irlandeses e ingleses por doquier (casi todos los protagonistas tienen los ojos azules), una serpiente coral deslizándose por una cama trece siglos antes de Colón, tigres de Bengala en el circo romano, árabes en Marruecos cuatro siglos antes de Mahoma (y bebiendo té o café), jazmines en Mérida cinco siglos antes de la invasión musulmana (¿que tiene de malo el olor a romero?), enviados imperiales que llegan sólo un rato antes que un hombre sólo que va desde Austria a Extremadura y para rematar una canción irlandesa al final... Esto no es Roma.
Scott inicia lo que parece será una memorable película bélica de atmósfera muy conseguida. Pero no. Después continúa con lo que parece que será un complejo thriller político. Tampoco. Es sólo una película de gladiadores, pero a esa conclusión se llega tras una hora de metraje.
Mal la historicidad, mal el guión e infantil la trama. El desenlace es tan inverosímil que casi borra todos los fallos anteriores.
¿Por qué pasable? Porque en esa pelicula de 2,5 horas se esconden 10-15 minutos de retazos épico-líricos de una extraordinaria belleza formal (hablamos del director de Bladerunner); como se abre y se cierra con ellos y como avivaron mi interés en varias ocasiones del film, lo tomo como el hilo de oro del que Ridley Scott no supo sacar un conmovedor drama histórico.

Una película tan ambiciosa y enorme en todos los sentidos cinematográficos posibles como Gladiador, requiere de una serie de características las cuales sumadas forman una obra maestra contemporánea como pocas con una sinergia envidiable entre todos sus factores.
Un director experimentado como Ridley Scott que consigue reunir todos los elementos necesarios para conseguir tal objetivo, con planos emotivos y de gran belleza, dominando magistralmente las luces naturales y usando con gran sabiduría el slow-motion en los momentos oportunos sin caer en la reiteración y abuso del mismo.
Interpretaciones al nivel de la película, a destacar la actuación y personaje de Joaquin Phoenix, el cual busca con ansia el amor de todos los que le rodean, incluido el amor de la propia Roma el cual jamás llega a conseguir en contraste con el personaje interpretado por un también brillante Russell Crowe a quien la fama y gloria le llega sin buscarla. Será este contraste de búsqueda del reconocimiento por parte de Cómodo frente a la gloria involuntaria de Máximo la que orqueste todos los pasajes emocionales del primero y nos ayude a desentramar su forma de ser, infantil y mezquina a la par.
La música le da a todo un carácter mucho más heroico si cabe, y las imágenes de Roma son increíbles en sus reconstrucciones en un resultado tan épico como inolvidable y que debería formar parte de toda filmoteca de titánicas producciones. Imprescindible.