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Drive

Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
Críticas 615
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2011
15 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drive dista bastante de ser una obra maestra, entre otras cosas porque solo muestra personalidad a la hora de organizar y canalizar sus influencias, pero es una de las mejores películas de este año. Y aunque no fuera así, su existencia tendría que seguir siendo celebrada, pues es la excusa perfecta para que Cliff Martinez nos entregue uno de los mejores scores del siglo XXI y se nos descubran algunos artistas emergentes de la nueva escena italodisco que, de otra forma, igual no habríamos conocido. Las piezas compuestas por Cliff expresamente para la película (todo un homenaje al noir francés de Jean-Pierre Melville pasado por el violento filtro propio de los thrillers setenteros y la sublimación del romanticismo desde una perspectiva cuasiadolescente (John Hughes) e irracional (David Lynch)) parecen haber sido elaboradas en una habitación donde solo existiesen sintetizadores analógicos y colgasen de la pared posters de Angelo Badalamenti (el cual parece acreditado en algunas copias como compositor de la banda sonora), Tangerine Dream, Jean-Michel Jarre, Giorgio Moroder, Claudio Simonetti (Goblin) y el John Carpenter mas minimalista (el John del score para Asalto A La Comisaría Del Distrito 13), y el resultado realza lo filmado por Nicolas Refn, dotando de un aura de la cual es difícil renegar a escenazas como la del ascensor (con la pieza Wrong Floor), en la que se pone de manifiesto la importancia de los impulsos primarios (sexo y violencia) en el ser humano con una claridad que termina en homenaje a su precedente mas relevante y cercano, Irreversible de Gaspar Noe.

Las composiciones ya existentes incluyen a Johnny Jewel por partida doble (con su proyecto italo Desire y la monumental Under Your Spell, que podría ser perfectamente una composición de M83 bajando el pitch, y con una pieza de corte mas experimental bajo el seudónimo The Chromatics), una descontextualizacion inesperada de una bizarra pieza compuesta por el maestro Riz Ortolani para uno de los mondos de los documentalistas Gualtiero Jacopetti y Franco Prosperi (Mondo Cane) y la enésima revisión del sonido Daft Punk y el disco saturado de filtros de Thomas Bangalter a cargo de su compatriota Kavinsky (con Lovefoxxx de Cansai De Ser Sexy a las voces). Todas cumplen a la perfección a la hora de intensificar el efecto pretendido por el director en la escena en la que aparecen, por lo que no responden a intereses mercadotécnicos de aprovechar el tirón de la película para así colocar en el mercado unas cuantas copias de la banda sonora. Ni mucho menos. Y nos descubren a un francés que vive anclado en los 80, College.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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2 de diciembre de 2011
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué tio, este Ryan Gosling. Se tira casi toda la película diciendo cosas, aunque sin soltar palabra.

¿Cómo describiría Drive? ¿Ochentera? ¿Oxigenada? ¿Hipnótica? ¿Zodiacal?

Quizá... así...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Herr Jasper
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9 de octubre de 2011
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre la Serie B, las películas de los 70/80 de cine de autor y el western de Leone se encuentra Drive, una sobresaliente película acerca de un conductor de coches sin nombre, héroe anónimo del que no necesitamos saber su historia para explicar su comportamiento.

Sin duda alguna, lo que en este film te saca de las carreteras secundarias para meterte en la autopista del infierno es una brillante dirección que se hace constatar en los 95 minutos de película: es increíble como en medio de silencios y de un aire a naturalidad, a cotidiano, aparezcan cosas tan sorprendentes y estremecedoras, como es el caso de la ultraviolencia moderna que aparece en Drive, que te pilla siempre por sorpresa. La música hipnótica, la ambientación penetrante y un hilo argumental que crea magia en lo que a primera vista considerarías minutos de basura, consiguiendo que en toda la película no puedas ni pestañear.

Para mí, uno de los mejores largometrajes aparecidos en este 2011 y un motivo de celebración
Huckleberry
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6 de diciembre de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Respetando y admirando el modo en que está planteada esta película, mi crítica tampoco incluirá verborrea innecesaria. Voy a ser muy claro:

El cine se encuentra en un estado difícil, al igual que muchos artes. No es sólo una apreciación condicionada por la nostalgia de los más apasionados, es una realidad más que constatada. Los géneros se han vuelto más sosos, repetitivos, comerciales y cansinos que nunca. La originalidad, novedad y dinamismo se han dejado de lado para sostener a duras penas un arte en crisis. No obstante, y para suerte para nosotros, existen muchas otras alternativas al cine comercial y una de ellas es el independiente. A pesar de que dentro de este sub-género también existe la mediocridad, hay que saber buscar para finalmente encontrar piezas tan relevantes como esta.

Drive es un filme peculiar, con una ambición latente en sus formas, pero sutil en su sencillez que, a su vez, logra abrumar al espectador. Está esmeradamente calculada para dar un ligero toque de cambio en el género de acción (uno de los más castigados en la actualidad). Sí, ofrece una historia intimista en su base para ser maquillada por una narración pausada pero muy visceral en sus giros de guión. Simplemente admiro la labor que se ha llevado a cabo en cada uno de sus aspectos: una dirección imaginativa y elegante hasta la médula, un guión inteligente y sobrio, unas interpretaciones contenidas y poderosas, una selección musical que logra transportarte, una fotografía preciosa... Todo ello conduce a la excelencia cinematográfica. Y no por su perfección, sino por su evidente voluntad de cambio en un hacer que llamamos cine.

Para terminar, diré que sería una verdadera lástima que no se llevara nada en los premios Oscar de este año. Pero como todos sabemos, la justicia nunca ha descrito a estos premios. Una verdadera lástima.
Señor Ambiguo
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28 de diciembre de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo parece perfectamente normal y ajustado al estándar de una película comercial al uso. Nada parece estrambótico ni extraño. Nada parece especial. Parece… Con un comienzo impactante, repleto de acción contenida y ritmo trepidante, el largometraje de Winding inicia su larga y paulatina escalada de tensión envuelta en la más pura estética de los 80. Los títulos de inicio, la música, la fotografía, los perfectos encuadres… todo papel de regalo con el que envolver una auténtica joya.

La primera hora de esta obra maestra es todo contención. La larga presentación queda al margen de sentimientos y pasiones alocados, la estabilidad es regulada con absoluta genialidad. Ni un solo detalle queda fuera de lugar, el ritmo es perfectamente medido para frenar cualquier intento de romper el calculado equilibrio: diálogos concisos, tomas pulcras, momentos de acción sin exceso de adrenalina, miradas y sonrisas que lo dicen todo sin necesidad de edulcorantes. Lo justo y necesario para contar, con total coherencia y simbiosis completa, el presente de un personaje rodeado por un halo de misterio, de inescrutable pensamiento, de exactitud gestual y firmes decisiones (fabulosa la interpretación de Ryan Gosling), de un conductor cuyos actos hace tiempo traspasaron el límite de lo legal y que, sin embargo, no transmite abiertamente una apariencia amenazante. Todo lo contrario. Su sonrisa, su tranquilidad, su seguridad, su comportamiento simpático y amable. Hasta le creemos enamorado.

Y es en esa relación inconexa de su vida con sus obras, en la excesiva corrección y buenas formas donde percibimos el elemento discordante. Todo está en su lugar, y esa certeza tan palpable y expuesta suscita la sospecha. Winding Refn aprovecha cada momento de oculta desazón para echar una gota más al depósito. A partir de esa primera hora, todo está listo para arrancar.

La velocidad se dispara. Las marchas se suceden y la violencia se encrudece. Los gestos son ahora brutales y desgarradores, sin piedad. Driver desvela ahora su verdadera naturaleza y saca del maletero uno de los más exquisitos antihéroes elaborados por el cine. En una sutil mezcolanza de Taxi Driver y Miami Vice, el escorpión se nos presenta ahora como icono invencible, dueño eterno del asfalto, mientras presenciamos el surgimiento de un mito, de una leyenda.

Drive es la última gran película, el último gran estreno del año. Cinéfilos y amantes del buen cine deben recorrerla para comenzar el nuevo con buen pie.
ferbovi
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