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La loba

Drama A finales del siglo XIX, en una población sureña, la calculadora y despiadada Regina Giddens entabla una lucha sin cuartel contra sus hermanos para quedarse con la herencia familiar. En sus planes no tienen cabida los sentimientos, ni siquiera hacia su marido, un hombre honrado que regresa a casa después de sufrir una grave enfermedad. En medio de la asfixiante atmósfera creada por la desmedida ambición de su esposa, sólo encontrará ... [+]
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
26 de enero de 2009
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólido y fascinante melodrama del realizador William Wyler (1902-1981), es uno de sus trabajos más acreditados. Escribe el guión Lillian Hellman en colaboración con su exmarido Arthur Kober, su amiga Dorothy Parker y el marido de ésta, Alan Campbell. Adapta la obra de teatro “The Little Foxes” (1939), de la misma Lillian Hellman, estrenada (1939) con éxito en Broadway. Se rueda en el sur de California y en los platós de United Artists Studios (Hollywood). El film es nominado a 9 Oscar. Producido por Samuel Goldwyn para Samuel Goldwyn Company/RKO, se estrena el 21-VIII-1941 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en una localidad profunda del Sur de EEUU, en 1900. Los hermanos Oscar Hubbard (Raid), Ben Hubbard (Dingle) y Regina Giddens (Davis) desean montar en la región, productora de algodón en rama, una fábrica de transformados del algodón, en colaboración con William Marshall, de Chicago. Para ello necesitan que Horace Giddens, enfermo del corazón, marido de Regina, banquero local, aporte una importante suma de dinero. Lidera el proyecto Regina, una mujer codiciosa, ambiciosa, vanidosa, sexualmente reprimida y malvada. Oscar y Ben representan a la emergente burguesía local.

El film desarrolla un intenso y potente drama, que brinda a Davis la oportunidad de crear una interpretación memorable de un personaje femenino egoísta, sin sentimientos, ambicioso y despiadado, uno de los más característicos de su carrera. Para satisfacer sus ansias de poder y riqueza no duda en manipular, presionar, acosar, corromper y chantajear, sin piedad y sin miramientos. La apoyan algunos familiares y amigos, mientras otros se sitúan en posiciones contrarias. De carácter autoritario, impositivo e irascible, para conseguir sus objetivos Regina no se sirve del halago, la sonrisa y la seducción. Plantea sus batallas frontalmente, haciendo uso de la fuerza, el verbo fácil e hiriente y la amenaza.

El negocio que proyectan puede ser altamente rentable porque se basa en la explotación de ñlos bajos salarios de la región, la falta de oportunidades de trabajo estable y la abundancia de mano de obra de escasa cualificación, modestas y nula conflictividad. El proyecto no cumple las condiciones que algunos consideran indispensables, como retribuciones justas, trato respetuoso a los asalariados de color, una adecuada proporción entre salarios y excedente. El film elogia la implantación de nuevas actividades productivas en la región, pero censura la contratación de intereses abusivos, la desatención de los derechos de la población de color y la pasividad de quienes, pudiendo hacerlo, callan y no denuncian los abusos e injusticias.

(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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14 de enero de 2009
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviera que escoger a una actriz como mi favorita, es muy probable que mi decisión recaería sobre Bette Davis, una increíble actriz que nunca temió hacer personajes femeninos nada convencionales para su época. No entiendo porqué siempre que se recuerda al director William Wyler sea por obras como "Ben-Hur" y no por películas como "La loba" o "El coleccionista" por citar algunas, donde realmente muestra su talento en crear grandes obras maestras.

Wyler nos narra las maquinaciones de tres hermanos, Oscar, Ben y Regina en intentar convencer al enfermo marido de ésta última para que invierta en una fábrica de algodón. La ambición de los tres hermanos no tiene límites, dejando de lado toda señal de moralidad y ética en conseguir sus propósitos. A pesar del egoísmo de Oscar y Ben, Regina (Bette Davis) es la que muestra mayores rasgos de ambición y egoísmo debido a todas las maquinaciones, manipulaciones, mentiras y entresijos que acaba desarrollando con el fin de obtener todo lo que desee aunque para ello tenga que pisar a su enfermo marido, a su hija o a sus hermanos varones.

La película tiene un mensaje muy duro y realista al afirmar que la mayor parte del mundo no dudaría en hacer cualquier tipo de acción apartada de la miníma ética con tal de conseguir sus deseos, se deja en entredicho de que la mayor parte del mundo coincide con ese perfil. Y, aunque resulte duro y triste afirmarlo, la verdad es que razón no le falta. Obra maestra en toda regla gracias a las magistrales interpretaciones y, en especial, de Bette Davis, sencillamente sensasional.
directorscut
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3 de febrero de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinaria película de William Wyller que consolida con ella no solo un equipo de producción, sino la relación artística entre éste y Bette Davis, después de haber protagonizado dos magníficas: “Jezabel” (1938), con la que ganó un Oscar, y “La carta” (1940), por la que estuvo nominada. En este caso, el estupendo guión de Lillian Helmann estaba inspirado en su propia obra teatral “The little foxes”, de enorme éxito en los escenarios de Broadway. De hecho, el reparto estaba lleno de actores y actrices que habían encarnado papeles significativos en la versión escénica.

El texto es una maravilla. Se sustenta en unos personajes de honda significación sicológica, arquetipos, a su vez, tanto de la codicia y la ambición desmedida, como de la generosidad y la tolerancia. Ni el guionista ni el director podían imaginarse que estaban creando el precedente y la referencia de series televisivas posteriores cuyos protagonistas eran miembros de familias adineradas que todavía querían tener más dinero. Mucho menos de lo que la realidad de comienzos de este siglo nos ha hecho conocer como los grandes culpables de una crisis económica contra la que todos los gobiernos del mundo luchan con todas sus fuerzas. Personas sin escrúpulos, capitalistas que han llevado a la quiebra a sus propias empresas y a sus propios bancos por excederse en sus pretensiones de enriquecimiento.

La factura formal de la película es extraordinaria. Lo es la fotografía en general, y lo son algunos momentos memorables, como la escena de la muerte del marido del personaje protagonista. La tensión se percibe en el ambiente. Las miradas, los encuadres, la gestualidad de los actores componen un puzzle lleno de belleza y perfección.

Una vez más, Bette Davis está soberbia. No es nada fácil su personaje, un personaje que ella, por cierto, rechazó en un primer momento. Pero en él aplica todo su talento interpretativo y su experiencia, toda su capacidad para transformarse, para ser brutal y persuasiva a la vez. Wyller la dirige como nadie y extrae de ella lo mejor de sí misma, algo que reconoció al final de su carrera. En esta ocasión vuelve a coincidir con Herbert Marshall, que está magnífico también. Su trabajo le valió para ser nuevamente nominada al Oscar. Teresa Wright, en el papel de hija inconformista y lúcida, también fue nominada con todo merecimiento.

Es cine de alto nivel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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18 de julio de 2014
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The Little foxes” o las alimañas, que sería el título más parecido al original, según la famosa cita bíblica que está en la memoria de todos, es un melodrama sobrecogedor que tiene uno de sus centros de interés en la concurrencia de personalidades y talento responsables de su resultado final. Sería una falacia afirmar que es sólo de William Wyler, pero tampoco sería correcto desvincular los logros de la película de la labor del ecléctico cineasta, pues sin duda, el material le era familiar, la obra teatral de Lilliam Hellman, autora de otra adaptación anterior, “Esos tres”. “La loba” fue un proyecto del gran productor Samuel Goldwyn y al mismo, habría que añadir a la propia Bette Davis que impuso su criterio sobre el modo de interpretar el personaje de Regina Hubbard Giddens, fría estoica y cruel. Y sin duda alguna el equipo técnico, también es responsable del soberbio resultado.

Es digno de mención el maquillador Perc Westmore, que convirtió el rostro de la Davis en una equivalente a las máscaras del teatro Nô japonés, el decorador Stephen Grosson, creador de los excelentes decorados sureños, el gran director de fotografía Gregg Toland, cuya iluminación en blanco y negro acusaba la presencia de los hallazgos plásticos experimentados hacía poco junto a Orson Welles como operador de “Ciudadano Kane”. Wyler con su maestría ensambló acertadamente todas las piezas para que funcionara con interés y fluidez narrativa. El cineasta concentra en la fuerza de los detalles la ruptura entre teatro y cine, logrando una excelente armonía entre la descripción exterior e interior de personajes y situaciones: en la espléndida apertura de sabor sureño, cuando un negro pule el rótulo del Banco de Nueva Orleans (futuro escenario de uno de los momentos clave del film).

Los planos que realiza Toland son asombrosos con la profundidad de campo, los picados y contrapicados sobre Regina, creando el efecto dramático y de autoridad desde esas majestuosas escaleras, son escenas memorables que permanecen en nuestra memoria. La creación de una atmósfera cerrada hasta la asfixia, la bondad encarnada por Herbert Marshall (¡Cómo besa la mano de su hija!), marido enfermo y resignado ante la maldad personificada en el rostro de Regina, las agrias discusiones que esta mantiene con sus despreciables y arribistas hermanos presa de la codicia, la humanidad y la alegría de vivir de su hija (Teresa Wright), el paternalismo hacia la raza negra de todos ellos que nos mostrará la soledad y el castigo moral. La obra de Lilliam Hellman, recia, vigorosa y fuerte como el carácter de su autora, permanece siempre en la pantalla y plantea un humanismo liberal que se expresa por medio del rechazo al autoritarismo y la ambición desmedida. Y por todo lo expuesto me parece una absoluta obra maestra.
Antonio Morales
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28 de abril de 2011
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es bastante más que la gran actuación de Bette Davis. También es:

Un retrato de la ambición desmedida, la codicia, la falta de escrúpulos.

Una muestra del sur estadounidense, que ya no era el de "Lo que el viento se llevó", pero conservaba parte.

El paso a la edad adulta de una muchacha, muy bien interpretada por Teresa Wright.

La lucha del marido de Regina, hasta el último instante, por mejorar un poco el mundo.

La gran sensibilidad y simpatía del amigo de Xan.

El triste personaje de Birdie, que sin embargo aún tiene momentos de rebeldía en favor de Xan.

La dirección del señor Wyler.
IzaNezzie
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