Cómo sobrevivir a una despedida

No entiendo el fin de esta película, más allá de sacar el dinero a los pobres incautos/as que han ido al cine. Vamos directamente a su gran error: sus últimos cuarenta minutos de película son un plagio total y absoluto a dos películas que le sacan años luz de ventaja. No es un homenaje, es un claro plagio a ‘Resacón en Las Vegas’ y ‘Primos’. Lo único que ha variado es el sexo de las protagonistas.

No es una coincidencia la rotura de diente, los tatuajes, el desmadre y el hecho de haberlo olvidado todo en una noche. ¿Qué clase de tomadura de pelo es esta? ¿Por qué voy a pagar dinero para ver una película que ya he visto y me la han contado con más gracia? Y el numerito musical de las Spice Girl bebe directamente de los Backstreet Primos como un “mira, a mi también se me ha ocurrido acabar la película así”. ¡Por favor!

Sus primeros cuarenta minutos tampoco estaban siendo gloriosos. Es más, estaban bastante faltos de gracia, pero por lo menos me estaban contando una película independiente protagonizada por personajes totalmente estereotipados. La protagonista, a la que la cuesta abrir su corazón (y a la que nos han presentado en la introducción con ciertos rasgos que más en adelante NO SERÁN USADOS en el resto de la película), la amiga que ya no sale con el resto, el gay, el zorrón y la moderna. Es una película tan floja, que al acabar, dos de sus personajes ni siquiera muestran una evolución ante los acontecimientos.

Sinceramente, me da un poquito de vergüenza el hecho de que sea una de las películas españolas más taquilleras del año cuando puede que sea una de las peores películas de nuestro cine reciente. Mientras muchos de nuestros cineastas se empeñan en mostrarnos la evolución hacia un cine mejor, ‘Cómo sobrevivir a una despedida’ es un proceso de involución.

No, no es suficiente que un personaje diga "¡¡Esto parece Resacón en Las Vegas!!" para que la directora y sus queridas guionistas se curen en salud. La copia es vergonzosa. Y punto.