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El viento

Drama. Romance. Western Letty (Lillian Gish), una inocente joven de Virginia, se traslada desde el Este a las praderas de Texas, donde parece que el viento nunca deja de soplar y la arena llega a todas partes. Allí vive con unos parientes, pero, como no se siente querida, se verá abocada a un matrimonio que no desea. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
17 de mayo de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
181/08(15/05/09) Maravilloso melodrama mudo, realizada por el sueco Victor Sjostrom, con escenas espectaculares, en el que el omnipresente viento es el hilo conductor en esta historia de tormentas de sentimientos. El argumento es simple, un mujer llega a una región donde el viento reina día tras día y en el que la dureza de la vida cala, en un momento dado ella tiene que escoger marido a la fuerza para no quedarse en la calle y lo escoge sin amor, pero el tiempo le hará ir enamorándose de él, lo dicho simple, lo que eleva a este film es su forma de rodarla, pues posee escenas portentosas donde el viento marca la pauta para lo bueno y para lo malo, como dicen en un momento dado <el viento es siempre hace justicia>, las escenas de las tormentas resultan prodigiosas, quedándome con su colosal final, los dos amantes abrazados frente al viento, disfrutando del aire en sus caras, insultantemente magnífica, dicen que había un final alternativo, no se como sería pero no puede superar a este. La interpretación de la gran musa del cine mudo Lilian Gish resulta impresionante, sabiendo transmitir sin histrionismos fáciles lo que siente, con un dominio gestual tremendo y por supuesto con una belleza que traspasa la pantalla, para comérsela. Recomendable a los que gusten de cine mudo del bueno. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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27 de noviembre de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
... o "Seastrom", que así es como se hacía llamar Victor Sjöstrom durante su etapa americana (1923-1928).

"El viento" narra la historia de una joven de Virginia que se va a vivir a la granja de su primo en Texas durante la época de los tornados. "Tenga cuidado con el viento, suele enloquecer a las personas... en especial a las mujeres". Y, en efecto, el viento es un personaje más si no el principal. Magistral la escenas del caballo desbocado: el propio huracán. "Dicen los indios que el Viento del Norte es un caballo fantasma que vive en las nubes; de ahí que los caballos huyan en estampida". Huracán que no es si no también el "huracán" que vive ella entre el amor de dos hombres, el recelo de la mujer de su primo y las costumbres del lugar...

Porque estamos ante un western, sí; pero se podría decir que también ante una película de terror, pues los 20 minutos finales son sencillamente antológicos. De lo mejor que he visto en muchos años. Te atrapa e incluso te pone nervioso... Ese viento, ese principio de locura de la protagonista... Esa mirada de ella... Parece mentira que esta sea una película de hace 80 años y que no haya perdido ni un ápice de su fuerza (en especial la interpretación de Lilian Gish; que es de chapeau-chapeau). Una maravilla.

Destacar también lo que aparece en casi todas las películas de Victor Sjöstrom: personajes secundarios o escenas visuales que dan un toque de humor a la trama. Muy del estilo que luego haría John Ford. Un toque de humor, que quizá sea para conseguir dar más dinamismo a la historia y no dejarse llevar demasiado por el melodrama. Lo consigue.

Y destaco también los efectos especiales de la escena del tornado durante la fiesta; nada que envidiar a payasadas estilo Twister... Flipante que sea de 1928

Y sí, es una película muda, pero a diferencia de otras obras maestras del cine mudo, esta tiene la peculiaridad de que no parece que sea muda. Y eso es obra de Sjöstrom, al dotar a cada escena del protagonismo y de los detalles necesarios para que hablen por si mismas. Que detalles y escenas memorables los hay en esta película y muchos (el tren adentrandose en el viento, el viento destapando "algo"(no diré qué), la música durante la escena final, la bofetada del crío... etc)

Un atentado al cine es no verla...
Cárabo
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3 de enero de 2010
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Animado por Monsieur, y espoleado por Motta, que también la encumbró, me lancé a pecho descubierto hacia el huracán. Y no me sobrecogió tanto como la estratosférica He Who Gets Slapped, pero se confirma la sospecha; el fresón salvaje es uno de los cineastas de la fase muda más infravalorados que existieron.

Lillian Siamese Dream, aunque quizá menos arrebatadora de lo que pensaba, refulge sin discusión en mitad de esta historia perturbadora, casi espectral, donde los demonios fálicos y la desubicación en el mundo la ponen a prueba de principio a fin. La encuentro más equilibrada y mejor medida que el tour de force de Chaney, admito, pero esas consideraciones me importan menos que la sonrisa lacerante de un payaso, comprendedme, camaradas.

Más que emocionarme, me asombró, me transportó a este angustioso ciclón de amenazas y penurias. El simbolismo de He Who Gets Slapped aparece aquí nuevamente, con personajes que más que personas parecen fuerzas malignas de la naturaleza. No nos engañemos; Fresón Salvaje no dirigía películas, dirigía fantasmas.

Y por último, y como si mal no recuerdo reivindicó nuestro trekkie madridista favorito, efectivamente la banda sonora tiene una capacidad de sugerencia fascinante, con gran finura y precisión para jugar con mil y un tonos, para pasar de la melodía celestial a la trompeta del infierno.

Glande.
Barfly
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16 de febrero de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno ve el desborde de talento, la imaginería que fueron capaces de crear algunos de los primeros cineastas, se pregunta si somos nosotros, la época, la que ha matado la creatividad.
Porque la manera en que el personaje invisible y soplador del viento se hace presente en esta película, es para aplaudir con las orejas.
Algún día deberían hacer ver estas películas en las escuelas, antes de que la farfolla audiovisual de este mundo nuestro les embote y les impida advertir cuándo están ante una imagen con valor, evocativa, ambigua, fundacional...
rejiav
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28 de febrero de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sjöström es el director de los fenómenos meteorológicos: Terje Vigen y la violencia de una tormenta en el mar, Los proscritos y la opresión de una ventisca, La carreta fantasma y el frío que se extiende al alma y, la que nos ocupa, El viento y la locura que provoca el huracán incesante.

También es maestro en el arte de los efectos especiales en el cine mudo (trucajes) como demuestra en la ya citada La carreta fantasma o, ya de su época en Hollywood, El que recibe el bofetón.
Aquí vuelve a usar las sobreimpresiones, pero también las maquetas de trenes y casas siendo asolados por vientos y tormentas de arena. Y en el centro de todo ello, el drama humano: los celos, la lujuria, el amor que surge del trato cariñoso constante y no del flechazo repentino, el arrepentimiento, la amistad que no guarda rencores cuando el amigo gana lo que tú pierdes, el arrojo y la lucha por la supervivencia, la bondad...

Un genio al que nunca se elogiará suficiente y que aquí consigue mostrar la belleza del rostro de Lillian Gish como ningún otro director.
Juan
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