666 Park Avenue (Serie de TV)

Es curioso que una serie que habla de pactos con el diablo no haya pensado en poner precio a su alma para tener una vida televisiva cuasi-eterna. Tal vez el problema es que “666 Park Avenue” no tiene alma: todo hace indicar que se trata de un producto diseñado para captar al público de “American Horror Story”. En el 999 Park Avenue ocurren muchas cosas paranormales: hombres que tienen la regla, intentos de muertes cutres por ascensores demoníacos, deseos libidinosos que se hacen realidad y gente un pelín tonta que no se da cuenta de lo que está ocurriendo. Menos mal que la protagonista es la chica lista que empieza a investigar… Aparte de tomar muchos prestados de “Pactar con el diablo”, han querido hacer un “American Horror Story” sofisticado y les ha salido un churro sin gracia principalmente porque no pueden meter temas tabú, violencia, sexo, y palabrotas, señas características de la serie de FX. “666 Park Avenue” es de una simpleza abrumadora aunque lo positivo es que incita a la comedia con visiones de gitanas-chonis-ladronas, tentativas de slasher y telefilme erótico marujil con un momento ‘pies negros’ de la protagonista difícil de superar.

Pese a que la ficción sigue el manual de serie de fantasmas y almas errantes, no sé si quiere ir en la onda “Bedlam” AKA “MelGhost Place, en ocasiones veo muertos fashion”. Los protagonistas son muy buenos, confiados, ingenuos y tienen sueños como todos nosotros. No son avariciosos y codiciosos, vamos… pura ciencia ficción. El único defecto de ella —¿por ser mujer? — es que es una cotilla fisgona. Lo anterior —y no lo de cotilla— implica claramente que la serie quiere cohesionar su terror con el nuestro. O sea, que el espectador mire bien a partir de ahora los contratos de arrendamiento por si incluyen una cláusula que indique que su alma pertenece a partir del momento de la firma al satánico propietario… o que, en definitiva, si alguien es amable contigo es que seguramente quiere tu alma… Uy, uy, uy… ¡Qué terror!

Luego llegan los secundarios, tentaciones y brujas canís para darnos cuenta que Amanda Woodward en “Melrose Place” era más villana y diabólica que el humo negro descafeinado de este teatrillo de terror infantil. No sé si esperan que el público norteamericano desconecte los domingos con una dosis de terror fashion o si Los Cazafantasmas aparecerán como cliffhanger en los próximos capítulos. Lo mismo funciona mejor que otras series de la ABC canceladas como “The Gates: Ciudad de vampiros” y “The River”, pero me temo que su destino es el mismo infierno. La gran duda que plantea la serie, eso sí, es saber qué tiene de satánico. ¿Vanessa Williams, tal vez? Está más joven, ¿no? ¿Es que ha hecho un pacto con el diablo? Pero repito: ¿de verdad que la serie es satánica? El CGI cutre que han empleado en el piloto desde luego que sí… Por no decir que el banco te embargue el piso da más miedo y sí que es más satánico. Sí, ay, ay, ay… ¡Qué terror!

En un interesante piloto en el que el espectador aún anda desconcertado, se nos introduce en lo que puede ser un edificio maldito del Upper East Side propiedad de los Doran, pareja tán siniestra como improbable. Allí llega una pareja joven dispuesta a comerse el mundo, él como abogado y ella como restauradora que inmediatamente se interesa por la arquitectura del edificio y consigue un trabajo como gobernanta del mismo. Sucesos paranormales, víctimas arrepentidas e intriga decentilla prometen al menos una temporada entretenida. Ya veremos.
Lo mejor; Rachael Taylor, monísima como inquieta restauradora abundantona.
Lo peor; La pareja dueña del edificio, son rarunos pero no ponen los pelos de punta. Bueno, los pelucones y extensiones de la Williams a ratos sí que lo hacen...

Ésta es una serie que probablemente será olvidada por aquellos que la hayamos visto con el paso del tiempo, ya que no tiene ningún rasgo que la haga una gran serie. Pero, por contra, tampoco tiene ningún rasgo que la haga una mala serie (exceptuando los efectos especiales que, a estas alturas del milenio, se podrían haber esmerado un poco más). Es una serie con un guión y unas actuaciones aceptables (fue interesante ver al gran John Locke de Perdidos y a Justin de Cinco Hermanos interpretando papeles muy diferentes a los anteriores, estando más afortunado el primero en su actuación). La recomendaría a gente como yo que devora series continuamente y que de vez en cuando apetece ver algo original y no demasiado largo, pues la serie consta de 13 capítulos con final cerrado en el 13º.

Para disfrutar la serie, antes de comenzar a verla, es necesario tener presente que NO es una serie de Terror, es más bien una serie de intriga con algunos aspectos sobrenaturales en la que el señor Gabin (Terry O’Quinn, Perdidos) es un multimillonario con poderes sobrenaturales que posee un lujosísimo edificio en pleno centro de Manhattan de 60 viviendas. Éste intenta convencer a ciertos inquilinos suyos para pedir ayuda y así mejorar sus vidas, siempre con un coste a cambio (para quien haya visto la serie "Sobrenatural", el señor Gabin sería como el demonio del cruce en dicha serie) y, un día, es contratada una nueva administradora del edificio que empieza a darse cuenta de los extraños sucesos que van aconteciendo en el edificio y en algunos de sus inquilinos.

Lo mejor: La serie entretiene y, pese a ser cancelada, tiene un final completamente cerrado.

Lo peor: Los efectos especiales y la sensación de que la serie pudo dar mucho más de sí.

Nos encontramos con una mini-serie modesta que consta de 13 episodios, durante los cuales se desarrolla una trama de intriga sobrenatural, misterios y oscuros secretos (fantasmas, almas atrapadas, asesinatos... ) todo ello, relacionado directamente con la historia y pasado de un edificio lujoso de apartamentos "El Drake", un edificio demoníaco en pleno centro de Nueva York. Desde el primer episodio se nota y da la sensación de que estás viendo una clara adaptación en mini-serie del film "Pactar con el Diablo" casi todo resulta familiar. En "666 Park Avenue" está presente el precio del deseo, de la ambición y la tentación, los contratos con el persuasivo diablo y la manipulación de este para su propio propósito y conveniencia a través de chantajes para destrozar la vida de las personas. Una pasable pero entretenida serie en la cual cabe destacar la interpretación de "Terry O'Quinn" como el siniestro propietario y multi-millonario Sr. Gavin y la aparición de "Vanessa Williams" como su esposa Olivia.

Por lo que veo, algunos de los usuarios han dado por supuesto que esta serie es de terror y que, por tanto, debe darnos miedo y debería contar, al menos, con un buen conjunto de sustos. No es el caso de aquellas de humor negro, o de terror mezclado con unas carcajadas al estilo de Terrorificamente muertos o Desmembrados, y chorradas así, que tan buena crítica han tenido por otros, por lo que, al no darnos miedo, es una ful de Estambul para nosotros los entendidos. Es decir, si voy a hacer una mierda, la retoco con gags de humor y algunas reminiscencias de películas serias y ya se encargará el público de arreglar el pastel, aunque nada tenga ni pies ni cabeza: sease temas como la pretendida prórroga de Posesión infernal.

Pues, en realidad, siendo objetivo la serie es bastante lenta y, por qué no decirlo, reúne todos los tópicos super trillados del género: pactos con el diablo, estrella de cinco puntas, concubina ad hoc, etc..., pero tiene una idea clara en la cabeza y es fiel a ésta. Hace una serie sin más pretensiones, sí, yo también diría que más que de terror de intriga y misterio con algún sobresaltillo que otro.

Un pasable y la vemos en familia, sin más, si es que nos gusta cómo se desarrolle en el futuro.